Michael Perry: “No es solo abrir conventos; es importante abrir las mentes”

Ministro general de los franciscanos

Michael Perry, ministro general de los franciscanos

DARÍO MENOR | Michael Perry (Indianapolis, EE.UU., 1954) se convirtió en ministro general de la Orden de los Frailes Menores (franciscanos) en sustitución del español José Rodríguez Carballo. Con una larga experiencia de trabajo en el Congo y en la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, Perry, hombre entusiasta y vitalista, quiere “humanizar” la vida de la orden. “Para nosotros, la encarnación es el punto de partida. Es un acto puro de amor hacia la humanidad”, dice.

PREGUNTA.- ¿Cómo ha cambiado la aplicación del carisma de san Francisco de Asís con el paso del tiempo?

RESPUESTA.- Las mismas fuerzas que condicionan la vida hoy existían en el tiempo de Francisco de Asís, como la búsqueda del poder y de las cosas materiales, en lugar de valorar la humanidad. A veces, la Iglesia puede olvidar su propia vocación, como ocurrió en aquel tiempo. Lo mismo que sucede en el resto del mundo puede pasarle a la Iglesia, con la búsqueda del poder y el “carrerismo”, como denuncia el Papa.

P.- ¿Qué significa para los franciscanos que, por primera vez, un pontífice haya elegido el nombre de su fundador?

R.- Debemos plantearnos qué significa para todos. Para algunos en la Iglesia, supone una amenaza. Hay una diversidad de opiniones sobre la concepción de la identidad de Dios y de la Iglesia en el mundo. Francisco lanza muchos desafíos profundos para la Iglesia, para el mundo y, sin duda, también para nosotros, los franciscanos. Con el diálogo que está teniendo con los ateos, por ejemplo, esas personas encuentran algo en su lenguaje y ejemplo que les hace preguntarse quién es Dios y qué hacemos nosotros en este mundo.

P.- A Francisco le gusta descolgar el teléfono y llamar directamente a sus amigos. Si le telefoneara a usted, ¿qué le recomendaría para la reforma de la Iglesia?

R.- Ya está haciendo lo que yo le pediría. Tal vez le hablaría sobre cómo llevar a la práctica la experiencia de Dios. En Jesucristo nos encontramos a la humanidad de forma profunda. La humanidad ha sido creada como un don y una reflexión de Dios. El Papa dijo varias veces en Asís que había que ser menos espiritual y más humano. También le daría las gracias por su cercanía; es alguien muy abierto al prójimo. Él conoce a Dios, tiene una experiencia profunda de Él y se siente cercano a todas las personas, lo que le hace tener una amplia experiencia de libertad. Por eso quiere servirse de la política para cambiar el mundo. Trata de hacer entender que todos tenemos una responsabilidad con Dios y con la humanidad. También le daría las gracias por decir que somos una Iglesia pobre y para los pobres. Para los franciscanos es algo muy significativo. Pero como ve, contamos con estas estructuras [señala el gran edificio de la curia generalicia, donde se celebra la entrevista], que hemos heredado del pasado. Pero estamos cerca de los pobres.

P.- Sobre la cuestión de las estructuras, el Papa dijo que había que abrirlas a los refugiados. ¿Están planteándose hacer algo en este sentido?

R.- En algunos lugares como Italia, los Estados Unidos y España ya hemos cedido estructuras, tanto a las diócesis para Cáritas como a grupos de laicos que llevan proyectos con desfavorecidos. Habrá que dar más pasos, pero no es sencillo. Recientemente hablé con varios alcaldes italianos sobre la propuesta del Papa, pero para llevarla a cabo hay obstáculos legales y técnicos. No es solo abrir las puertas, recibir a los pobres y ya está. Hay que cumplir la ley, los seguros… Es también importante que abramos las estructuras mentales y los corazones para recibir a las personas. [A FONDO: De conventos vacíos a centros de acogida para refugiados]

Entrevista con Michael Perry [íntegro solo para suscriptores]

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En el nº 2.874 de Vida Nueva

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