La pregunta del papa Francisco en el ángelus: “¿Nos hemos asentado en una fe hecha de hábitos?”

El Pontífice ha recordado hoy que “Dios no quiere seguidores superficiales”

¿Qué significa ser discípulos del Señor? Con esta pregunta ha comenzado el papa Francisco hoy sus palabras antes de rezar el ángelus junto a los miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro. En concreto, el Pontífice ha sugerido tres verbos para que cada uno pueda responderse a sí mismo: buscar, permanecer y anunciar.



Buscar

Haciendo referencia al Evangelio de hoy, que, según el relato de Juan, presenta el encuentro de Jesús con los primeros discípulos, se ha adentrado en el primer verbo: buscar. Y ha recordado que “el Señor no quiere hacer prosélitos, no quiere seguidores superficiales, sino personas que se interroguen y se dejen interpelar por su Palabra”.

Por eso, “para ser discípulos de Jesús debemos ante todo buscarlo, tener el corazón abierto, buscador, no saciado ni satisfecho”, ha añadido.

Permanecer

¿Y qué buscaban aquellos primeros discípulos? “No buscaban noticias ni información sobre Dios, ni señales ni milagros, sino que deseaban encontrar al Mesías, el Ungido de Dios, estar con Él, escucharlo”, ha indicado en torno al segundo verbo: permanecer.

En este sentido, ha continuado: “Estar con Él, permanecer con Él, esto es lo más importante para el discípulo del Señor. Somos sus discípulos en la medida en que lo frecuentamos, escuchamos su Palabra, dialogamos con Él en la oración, lo adoramos, lo amamos y lo servimos en nuestros hermanos”. En definitiva, “la fe no es una teoría, sino un encuentro, es ver dónde vive y habita el Señor con Él”, ha completado.

Anunciar

Tras buscar y permanecer, anunciar. “La alegría del Evangelio es siempre extrovertida, contagiosa, nunca íntima. De aquí nace y renace siempre el dinamismo de la evangelización”, ha rematado.

Jorge Mario Bergoglio, tras explorar estos tres verbos, ha invitado a todos los presentes a recordar su primer encuentro con el Señor y hacerse tres preguntas clave: “¿Somos todavía discípulos en el amor, buscamos al Señor o nos hemos asentado en una fe hecha de hábitos? ¿Permanecemos con Él en oración, sabemos estar en silencio con Él? ¿Sentimos la necesidad de anunciar nuestra alegría?”.

Por último, ha pedido a María, primera discípula de Jesús, que “nos dé a todos el deseo de buscarlo, de estar con Él y anunciarlo”.

Educar para la paz

Tras rezar el ángelus, el Papa ha pedido a los fieles “rezar por las víctimas del alud en Colombia”, así como no olvidar “a los muchos que sufren la crueldad de la guerra en todo el mundo, especialmente en Ucrania, en Palestina y en Israel”. “Al inicio del año”, ha continuado Francisco, “nos intercambiamos deseos de paz, pero las armas siguieron matando y destruyendo”.

“Recemos para que, quienes tienen el poder sobre estos conflictos, reflexionen que la guerra no es el camino para resolverlos, porque siembra muerte entre los civiles y destruye estructuras en las ciudades”, ha insistido, subrayando que “la guerra es, en sí misma, un crimen contra la humanidad”. “El mundo necesita paz”, ha concluido el Papa, recordando las palabras del fr. Ibrahim Faltas, vicario de la Custodia de Tierra Santa en Jerusalén: “debemos educar para la paz”. “Se ve que aún no hemos sabido educar a la humanidad para la paz”.

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