En una decisión cuanto menos sorprendente, siete escuelas de Davis, un distrito escolar de Utah, en Estados Unidos, han aprobado vetar la Biblia de sus aulas tras aceptar la denuncia del padre de un alumno, que ha mantenido la causa desde diciembre y que ha conseguido que el libro sagrado del cristianismo haya sido catalogado finalmente como “pornográfico”, entendiendo que incluye “contenido sexual, vulgar y violento”.
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Según el medio local ‘Axios’, el progenitor ha llevado a cabo este particular modo de protesta para denunciar la Ley Sobre Contenido Sensible en Colegios, una reciente ley estatal que desde 2022 permite retirar de los centros educativos libros considerados “inapropiados” e “indecentes” para los estudiantes.
Oleada reaccionaria
Disgustado ante lo que entiende que es una oleada reaccionaria radical que fustiga la libertad de expresión, la tolerancia y la capacidad crítica de los alumnos, habiendo conseguido ya la retirada de obras de temática LGTBI, ha optado por utilizar ese mismo mecanismo legal y señalar la Biblia por incluir “pasajes sobre incesto, onanismo, bestialismo, violaciones, mutilación genital, felaciones, consoladores e incluso infanticidios y prostitución”.
“Es uno de los libros con más sexo que hay”, ha enfatizado el padre, que ha detallado hasta 60 citas “ofensivas” a lo largo del texto bíblico. A su juicio, un alud de violencia y sexo que hace de este “un caso claro”, pues “los libros que han sido prohibidos hasta ahora contienen ofensas mucho menores”.
Valorado por un comité
Simbólicamente, tras estudiar el caso un comité local, este ha valorado que las Escrituras “no contienen un material sensible”, aunque, a la vez, se ha aceptado el argumento del denunciante y la Biblia se ha retirado de siete escuelas de enseñanza básica. Eso sí, la cancelación no afecta a los institutos de secundaria, en los que el libro sagrado podrá seguir siendo estudiado.
A través de su cuenta de Facebook, el legislador que impulsó la medida legal que ha servido para este veto, el republicano Ken Ivory, ha lamentado lo que a su juicio es una vulneración del espíritu de su iniciativa, valorando que es una “broma” que se señale la Biblia como “pornográfica”. Con todo, una vez que se ha consumado la censura, ha aceptado que el texto sagrado es “una lectura complicada” para los estudiantes antes de secundaria. Hasta el punto de observar que, “tradicionalmente, en América, la Biblia se enseña mejor, y se entiende mejor, en el hogar y alrededor de la chimenea, como una familia”.
Se estrechan oportunidades educativas
En declaraciones a ‘Axios’, la directora de la Oficina para la Libertad Intelectual de la Asociación Estadounidense de Bibliotecas, Deborah Caldwell-Stone, ha lamentado que este simbólico caso “demuestra cómo la censura estrecha las oportunidades educativas y reduce el acceso de los estudiantes a la información”. Así, desde que el pasado año se aprobara la iniciativa de Ivory, ya se han retirado 52 libros de las escuelas de Utah, la gran mayoría de temática LGTBI.
Ahora habrá que esperar para comprobar si la Biblia es cuestionada en otros estados del país. Y es que, ya el año pasado, en Florida, una vez que el Gobierno local también impulsó otra ley que permitía a los padres con alumnos en escuelas públicas denunciar libros con contenidos considerados “inapropiados”, ya hubo otra iniciativa que buscó desbancar al libro sagrado. Entonces no salió adelante, pero ya hay un precedente en este sentido.
