Se ha sentado frente a cineastas de la talla del alemán Win Wenders, en ‘El papa Francisco: Un hombre de palabra’ (2018); ha compartido la sabiduría de los años con otros veteranos del oficio como Martin Scorsese, en la miniserie ‘Historias de una generación con el papa Francisco’ (2021); ha prologado libros y escrito en revistas; ha sido entrevistado por vaticanistas y reporteros de todo el mundo para prensa, radio y televisión, cara a cara o en grupo, a bordo del avión papal al regreso de sus múltiples viajes; ha respondido a incontables cartas recibidas en Santa Marta, en las que fieles de toda edad y condición le han confiado sus vivencias…
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Es tal la exposición pública y mediática del papa Francisco a lo largo de estos diez años de pontificado, unida a su rico magisterio, que apenas caben secretos acerca de cuál es su opinión sobre tantos temas de actualidad. Sin embargo, tratándose de Jorge Mario Bergoglio, siempre hay lugar para la sorpresa, para dar una vuelta de tuerca a ese afán suyo por impulsar una “Iglesia en salida” al encuentro con el mundo, con sus crisis y conflictos. No solo de fe, sino también de confianza, de identidad, de convivencia… Y nadie mejor que las nuevas generaciones para ayudarle a establecer un diagnóstico a futuro de eso que más le preocupa.
Grabado en el Pigneto
La oportunidad se la brinda ‘Amén. Francisco responde’, documental estrenado en exclusiva por Disney+ hoy, 5 de abril, que nos hace partícipes del encuentro mantenido entre el pontífice argentino y un grupo de diez jóvenes de habla hispana de muy distintas procedencias (España, Colombia, Perú, Argentina, Estados Unidos, Senegal…) y experiencias vitales, en un ‘coworking’ del alternativo barrio romano del Pigneto.
Bajo la dirección de Jordi Évole –que ya tuvo en su programa al ilustre invitado– y Màrius Sánchez, la inédita reunión nos muestra sin filtros ni censuras cómo el ‘big boss’ de los católicos es confrontado por las preguntas y reflexiones de estos desinhibidos veinteañeros.
Asuntos candentes
Los asuntos abordados son tan diversos como candentes: el aborto (una compatriota llega a entregarle el pañuelo verde símbolo de las movilizaciones a favor de la legalización en su país), los abusos (con el sobrecogedor testimonio de Juan Cuatrecasas, víctima del colegio Gaztelueta del Opus Dei y cuyo caso se ha reabierto gracias a la mediación papal), las migraciones y el racismo, el feminismo y el papel de la mujer en la Iglesia, el sexo (una joven madre colombiana relata cómo se gana la vida en la plataforma para adultos OnlyFans, mientras Francisco asume que “la catequesis sobre el sexo está todavía en pañales”), el género (homosexualidad, personas no binarias…), el ‘bullying’, la salud mental, la soledad, la felicidad o el alejamiento y desengaño de la institución eclesial (las intervenciones de una ex religiosa peruana resultan ciertamente interpeladoras) por la falta de coherencia, “lo que más cuesta a los cristianos”.
Entre los participantes hay creyentes convencidos (la primogénita de una familia madrileña del Camino Neocatecumenal), otros más o menos afines a la Iglesia aunque con inquietudes, ateos y hasta un musulmán. En su mayoría, jóvenes que rompen barreras y tocan realidad, cuya honestidad y frescura propician un diálogo abierto y profundo.
Cintura papal
Un intercambio de puntos de vista que delata los contrastes, incluso los roces, pero en todo momento desde el respeto y el aprendizaje mutuos. “Yo aprendí mucho de ustedes, les agradezco el bien que me han hecho”, reconoce el propio Francisco al final de la cita, tras haber dado muestras de su consabida cintura frente a las más comprometidas cuestiones.
Porque –como explicaba muy gráficamente el periodista catalán, echando mano de un símil deportivo– “los líderes dan lo mejor de sí mismos cuando juegan en campo contrario”. Y este Papa –convertido en el último e insospechado ‘héroe’ de Disney– vuelve a dejar constancia de que es un referente dentro y fuera de la Iglesia, convencido de que esta, “cuando no hay testimonio, se oxida” y es solo “un club de gente buena”.
