El sacerdote Noël Sèmassa Hinvo, ha ganado el V Premio de Ensayo Teológico Joven PPC, por su obra ‘La sanación de las heridas interiores en la dinámica de los ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola’, que se publicará en primavera. Con 39 años, este jesuita de Benín es el primer africano que se alza con un galardón que impulsa cada año valores emergentes de la investigación en teología sistemática, Biblia, moral, espiritualidad, liturgia o historia.
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PREGUNTA.- ¿Qué le llevó a meterse en esta investigación?
RESPUESTA.- Tiene un origen pastoral. Una parte de mi formación tuvo lugar en una casa de ejercicios en Burkina Faso. Acompañando a las personas que por pasaban allí, pude constatar cómo el Espíritu actúa en la vida y la transforma. Cada uno se acercaba y se acerca a estos días de retiro con sus heridas, pero también con su alegría y sus esperanzas. Soy testigo de cómo la gente sale de los ejercicios reconciliada consigo misma, con los demás y con Dios. Por eso hablo de sanación. A esta experiencia en primera persona, se une una razón académica y epistemológica para mi estudio: quise ahondar en cómo algunas herramientas de la psicología pueden contribuir a ese proceso espiritual que se viven en los ejercicios.
Proceso de sanación
P.- Uno entra en una tanda ejercicios con una depresión, ¿y sale curado de un día para otro?
R.- No es que alguien salga de los ejercicios curado, pero sí recibe luz para seguir trabajando en estas carencias psicológicas que todos arrastramos. El proceso de sanación en los ejercicios ignacianos no excluye que la persona vaya al psicólogo; al contrario, le abre horizontes para seguir tanto en terapia como en el acompañamiento espiritual. Todos hemos atravesado momentos de dificultad en la vida que nos dejan heridas que no hemos sido capaces de superar del todo. Necesitamos herramientas para identificar esas heridas y no pasar de largo como si se fueran a curar solas con el paso del tiempo.
P.- ¿Cuáles son esos instrumentos?
R.- El área de la salud mental es un campo por explorar desde el hecho religioso. La inteligencia espiritual es una asignatura pendiente que, de abordarse, permitiría dar un salto significativo a la Iglesia y a la sociedad. Por eso, ahora en Valencia estoy cursando un máster en psicología clínica para profundizar en esa vinculación entre fe y razón. La sanación que analizo no puede entenderse como una especie de autorrealización, un bienestar emocional, ni una conversión ética ni el fruto de una mera introspección, sino una transformación interior del ‘yo’ que brota de la experiencia del amor incondicional de Dios. (…)
