“Aceptando la invitación de los respectivos jefes de Estado y de los obispos, el Santo Padre emprenderá el anunciado viaje apostólico” a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur. Así lo ha confirmado esta mañana la Oficina de Prensa del Vaticano. El papa Francisco estará en la ciudad de Kinshasa del 31 de enero al 3 de febrero, y en Juba del 3 al 5 de febrero, en tierras sudaneses, precisamente, estará acompañado por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia de Escocia, Jim Wallace, en una “peregrinación ecuménica de paz”.
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El Pontífice ya había avanzado el pasado 2 de noviembre, durante el evento online ‘Builiding bridges’ en el que respondió a las preguntas de estudiantes de universidades africanas-, que la visita tendría lugar en febrero de 2023. El viaje a ambos países estaba previsto del 2 al 7 de julio de 2022, pero el 10 de junio se anunció el aplazamiento debido a los problemas de rodilla que padece Francisco y que se vieron agravados en el segundo trimestre de este año.
¿Qué va a hacer en África?
La peregrinación a África incluía en julio dos paradas en RD Congo, en la capital, Kinshasa, y la ciudad de Goma. Sin embargo, se ha suprimido esta parada en una zona de máxima tensión. Se trata de un viaje querido desde hace mucho tiempo por Jorge Mario Bergoglio. En cuanto a R.D. Congo, el Papa siempre ha manifestado una gran cercanía y preocupación por su pueblo. En el caso de Sudán del Sur, ya en febrero de 2017, en el avión que le traía de vuelta a Roma tras completar su viaje a Georgia y Azerbaiyán, reconoció a los periodistas que su idea era pisar muy pronto la nación más joven del mundo (proclamó su independencia respecto a Sudán en 2011).
Con su tono siempre directo, Francisco les dio a conocer a los periodistas cómo surgió la idea de ese viaje conjunto con otros líderes cristianos: “El obispo anglicano, el presbiteriano y el católico vinieron juntos a pedirme: ‘Por favor, venga a Sudán del Sur. Aunque sea solo una jornada… Y no venga solo, sino con Justin Welby’”. “De esas Iglesias jóvenes ha surgido esa creatividad”, aplaudió entonces el Papa.
Sin embargo, la situación de constante inestabilidad en Sudán del Sur ha ido retrasando cada año la concreción del viaje. Lo cual no ha sido óbice para que Bergoglio haya abrazado las heridas del pueblo sudanés, como cuando, en abril de 2019, citó a los líderes políticos del país, enfrentados en una guerra civil, y les besó los pies para rogarles que apostaran por la paz. De hecho, de ese compromiso político ha surgido la estabilidad que ha llevado a que el Papa pudiera, al fin, pisar Sudán del Sur.
