Solo el 23% de los jóvenes españoles considera importante la religión

  • Cuatro de cada 10 son creyentes, según el Informe Jóvenes en Iberoamérica 2021 de la Fundación SM
  • La familia y la educación son prioridades vitales para el 90% de los entrevistados en España y América

millennials

El 23% de los jóvenes españoles considera muy o bastante importante la religión. Así se recoge en el Informe Jóvenes en Iberoamérica 2021 realizado por el Observatorio de la Juventud en Iberoamérica promovido por la Fundación SM, basado en 13.500 entrevistas. En concreto, para un 11% es muy importante, para un 12% bastante, pero para un 25% poco importante y para un 48% nada.



El 40% de los encuestados en España, de edades comprendidas entre los 15 y los 29 años, se confiesan creyentes. Cuestionados sobre 17 cosas importantes de la vida –entre las que se incluye la educación, el trabajo, la familia, los amigos, la pareja, el ocio, la política, etc.–, la religión ocupa el último lugar (23%), siendo la única que baja del 50%. Así, la política, que ocupa el penúltimo lugar, se sitúa en el 54%.

La familia y la educación, prioridades vitales

Más allá de nuestras fronteras, es un factor común para todos los jóvenes iberoamericanos (México, Perú, República Dominicana, Chile, Brasil, Argentina, Ecuador, Colombia y España) las prioridades vitales: para el 90% son la familia y la educación, pues son sus principales referentes a la hora de construir sus ideas e interpretaciones del mundo.

Para Juan María González-Anleo, uno de los autores del informe, “la educación es una de las principales preocupaciones porque sigue siendo el ascensor para ascender socialmente. Así, la familia es el súper ministerio de bienestar. También muestran inquietud por la incertidumbre hacia el futuro, que viene marcada por las desigualdades sociales y económicas”.

En la presentación, el sociólogo se ha preguntado también hasta qué punto están consolidadas las democracias entre los más jóvenes, puesto que existe gran desconfianza hacia las instituciones democráticas en todos los países.

Juan María González-Anleo durante la presentación del Informe Jóvenes en Iberoamérica 2021 de la Fundación SM

Juan María González-Anleo, durante la presentación del Informe Jóvenes en Iberoamérica 2021 de la Fundación SM

 

Dispuestos a emigrar

Los y las jóvenes iberoamericanos prefieren vivir en sociedades diversas (64%); consideran que a las personas inmigrantes se les trata con indiferencia (25%) y desconfianza (24%) en sus respectivos países y, la gran mayoría, estaría dispuesto a iniciar un proyecto migratorio.

A pesar de ello, en nuestro país, solo el 13% asegura confiar en los partidos políticos, el 23% en el Gobierno, el 29% en los medios de comunicación, y por contraste, el 58% en las Fuerzas Armadas y el 51% en el Sistema Educativo.

Críticos con su generación

Los jóvenes iberoamericanos proyectan una visión crítica sobre su generación (rebeldes, demasiado preocupados por la imagen, consumistas) y demandan una educación afectivo sexual que ponga énfasis en aspectos como: prevención de enfermedades (VIH/sida), métodos anticonceptivos, amor y relaciones sentimentales, problemas en las relaciones sexuales, orientación y opción sexual, así como violencias o abusos sexuales.

Las desigualdades sociales y económicas continúan lastrando las expectativas de futuro de los jóvenes iberoamericanos en situación de vulnerabilidad. Los que han dejado de estudiar lo han hecho por la “necesidad de trabajar” o como segunda causa por la “dificultad o coste económico”, aunque en España este motivo es alegado solo por el 27%.

En cuanto a las principales razones por las que los jóvenes de los países encuestados deciden migrar, se observa que en países como en Brasil, República Dominicana y Ecuador la principal razón es la falta de oportunidades de trabajo y su búsqueda en el exterior; mientras que en Chile, Colombia y España la razón fundamental es la búsqueda de mejores condiciones de vida.

Falta de libertad

El Informe también pone énfasis en otros aspectos, como el hecho de que casi el 60% de los encuestados asegura haberse sentido discriminado, y de ellos, en torno al 24% declara que se ha debido fundamentalmente a su cuerpo o apariencia física.

Por contra, la falta de libertad es un sentimiento compartido por la mayoría de jóvenes iberoamericanos. Sin embargo, en países como España, México 0 República Dominicana, consideran que tienen un nivel de libertad adecuado o incluso que tienen más de la que deberían tener. El 47% de los y las jóvenes españoles cree que tienen el nivel adecuado de libertad, y el 71% que existe libertad de expresión.

Esperan una vida mejor que sus padres, pero fuera de España

De vuelta a España, aquí los jóvenes esperan una vida mejor que sus padres, pero fuera de nuestras fronteras. Aunque están preocupados, ante el futuro se muestran algo optimistas, ya que el 46% considera que tendrán una mejor vida que la de sus padres, pero el 49% cree que tendrán muchas dificultades para trabajar en lo que les guste, para conseguir una vivienda (48%) y para formar una familia (41%).

Las opiniones más pesimistas son de los que tienen más de 20 años; también entre quienes tienen un mayor nivel de estudios, sobre todo entre los universitarios; en las clases medias (e incluso medias-altas) frente a quienes se encuentran en situaciones sociales más desfavorecidas, y entre quienes se encuentran buscando empleo.

La formación superior no garantiza un buen empleo

Alrededor de la mitad de los jóvenes españoles desarrollan algún tipo de actividad laboral; sin embargo, el 71% que trabaja lo hace en empleos de baja cualificación. El 80% de los jóvenes con estudios superiores están ocupados en empleos de baja cualificación, por lo que la formación superior no es garantía de lograr un buen empleo.

Entre el 46% y el 58% de los jóvenes españoles en edades que van de los 21 y los 29 años ha conseguido finalizar con éxito la enseñanza superior. La proporción es más alta entre las mujeres (el 38%, frente al 28% de los hombres), pero es especialmente relevante la diferencia relativa al nivel de estudios alcanzado según la clase social: más de la mitad (52%) de los jóvenes de clase alta y media alta ha conseguido completar la formación académica superior, frente al 23% y el 20% en las clases medias-bajas y bajas, respectivamente.

Tal y como pone de manifiesto el Informe, España sigue teniendo una tarea pendiente con la equidad educativa. Uno de cada tres jóvenes (30%) que ha dejado los estudios lo ha hecho por cuestiones económicas, que incluyen tanto la “necesidad de trabajar y conseguir ingresos para vivir” como la “dificultad para costear la formación”. Un porcentaje que se eleva al 40% en el caso de los jóvenes de clase baja.

Igualdad de género y medioambiente, sus banderas generacionales

Están muy concienciados por las cuestiones medioambientales desde el año 2005, siendo el cambio climático el principal problema de España para los jóvenes encuestados. Los datos de este último estudio de la Fundación SM señalan también que el 80% de los jóvenes considera que la protección del medioambiente debe ser una prioridad, y que su estilo de vida es importante para la conservación del planeta, aunque una cuarta parte piensa que la crisis climática es una exageración.

La igualdad de género es muy importante para el 90% de los jóvenes, quienes interpretan en su mayoría que la situación de las mujeres es peor que la de los hombres en lo que respecta a los salarios (45%), la presencia en puestos de toma de decisiones en el ámbito empresarial y político (43%), el reparto de tareas (42%) y responsabilidades en el hogar (40%), y el trato recibido en las redes sociales (un 42%).

Formar a ciudadanos globales

Durante la presentación, Mayte Ortiz, directora general de la Fundación SM, ha expresado su deseo de que este Informe sea “el comienzo o el impulso para que toda la comunidad educativa trabajáramos en colaboración para definir itinerarios de formación de ciudadanos globales que actúan desde la ética del cuidado para lograr verdaderas transformaciones sociales hacia el bien común”.

Asimismo, ha recalcado que este estudio deja claro que “no hay una singularidad de la juventud, sino distintas realidades que constituyen a las personas”. “Conviene que nos vayamos liberándonos de etiquetas”, ha agregado.

Mayte Ortiz, durante la presentación del Informe Jóvenes en Iberoamérica 2021 de la Fundación SM

Mayte Ortiz, durante la presentación del Informe Jóvenes en Iberoamérica 2021 de la Fundación SM

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