Burgos cierra su Año Jubilar con el deseo de renovar “la tarea misionera y evangelizadora”

El sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, Edgar Peña Parra, ha sido el encargado de cerrar este Año Santo marcado por la pandemia

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El sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, Edgar Peña Parra, ha sido el encargado de entornar la Puerta Santa por la que en los últimos dieciséis meses han cruzado cerca de 200.000 peregrinos con motivo del Año Jubilar concedido por el papa Francisco por el VIII Centenario de la Catedral. Lo hacía ayer, domingo, en una celebración en la que explicaba que un misionero burgalés fue quien le ayudó en su Venezuela natal a preparar su primera comunión y hoy, medio siglo más tarde, ha sido testigo de que Burgos es realmente “una Iglesia en salida que se lanza a la misión”.



Ha sido un Año Santo “lastimosamente condicionado por las vicisitudes de la pandemia” y prorrogado por este motivo, que ahora ha concluido con una solemne eucaristía en la que el arzobispo, “portador del saludo y la bendición del Santo Padre”, ha animado a la Iglesia burgalesa a “poner en marcha la tarea misionera y evangelizadora que compete a todos los bautizados”.

Proceso sinodal

“El Señor no nos ha dejado solos y nos ha concedido una oportunidad de renovar nuestra vida cristiana”, apuntó Peña Parra durante la eucaristía. Fruto de esa renovación, sobresale el proceso sinodal con el que la Iglesia en Burgos ha querido diseñar su futuro y cuyo documento final ha sido firmado por el arzobispo, Mario Iceta, al finalizar la celebración.

De esta manera, Peña Parra subrayaba que “las conclusiones de la Asamblea Diocesana serán vuestro programa guía en el caminar eclesial”, e invitaba a llevarlo a la práctica “en comunión con Dios y los hermanos» y alertando del peligro de «poner más atención en la hoja de ruta que en la ruta misma”.

“No busquéis solo la eficacia”, aconsejaba. “Jesús nunca nos deja solos, siempre está presente con nosotros y nos deja su Espíritu que nos hace vivir con la fuerza del amor” y “nos capacita para salir y mirar las necesidades de los hermanos que nos esperan”. “Seguid haciéndoos compañeros de camino de todos”, dijo, aludiendo al carácter coral que ha tenido el VIII Centenario, en el que se han involucrado todos los sectores de la sociedad burgalesa. “El Espíritu Santo sigue presente en la Iglesia y en el mundo”, concluía.

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