‘Memorias’ en O_LUMEN: la Madre de la España rural

En Memorias, la exposición retrospectiva del pintor y sacerdote Vicente Molina Pacheco (Madrid, 1956) en O_LUMEN, refulge la luz de María. “Vivo una etapa con cierta incertidumbre, pero, a la vez, con una invitación muy fuerte a vivir en la confianza en el que todo lo puede, y eso lo he ido descubriendo, precisamente, acercándome más a la verdad de la persona de María”, explica el artista, párroco de la Unidad de Acción Pastoral de Bayubas de Abajo (Soria), con once pueblos a su cargo.



Estos son tiempos para la Virgen, que es el refugio más fuerte que tenemos los que caminamos en el Espíritu –añade–. Son tiempos especiales, confusos, de propuestas de mucho resplandor, y eso fácilmente nos lleva al engaño. Uno se halla más tranquilo por la vía de la sencillez, porque es por donde camina Dios. Y con Él, en vez de caminar esparcido, seguimos el camino recto. Es la sencillez del hijo del carpintero. Nuestro camino es pasar prácticamente desapercibidos y ya Dios va haciendo su obra. Eso es lo que nos da a nosotros espacio interior, que es lo que hemos de vivir”.

Y ahí están las obras de esta etapa, que ha bautizado como “María” y en la que se ven dos retratos en acrílico sobre cartón: Dolorosa y Dolor de madre, creadas este mismo 2022: “María es quien nos abre al misterio, nos abrió la gran luz que nos conduce a todos. Surgieron en primer lugar dos obras relacionadas con el dolor de María en estos tiempos donde se percibe tanto sufrimiento en hambrunas, guerras…”.

Dolor de madre es el retrato de una madre y su desconsuelo. “Fue a raíz de hablar con las gente que yo conozco, que son de mis pueblos, a los que yo atiendo –prosigue–. La pérdida de un hijo, que a su vez dejó unas niñas y una mujer, pero ese dolor de madre se incrementaba porque realmente su hijo parece que no quiso vivir. Es una mirada donde ya no quedaban lágrimas”.

Llama encendida

Junto a ella, una obra central, en técnica mixta, siempre sobre cartón, que es La Virgen de los Pobres (2022). “Es la que está cerca de todo sufrimiento humano. Vemos cómo una mano aparece en súplica y en petición”, explica, describiendo una obra que remite a una piedad en la que, como si fuera el mismo Jesús, acoge esa súplica.

Virgen que es también Esperanza, que es La Fe, que es Caridad, cartones que Vicente Molina pintó en 2017 pero que ahora relucen más aún en el espacio para las artes y la palabra de los dominicos en Madrid. “Este capítulo centra la presencia única y singular que la llena de gracia. Ella es la que mantuvo la llama encendida en aquellos momentos tan terribles en los que el Señor yacía en el sepulcro”.

Caridad, carbón y pan de oro sobre cartón, también, de 184 x 192 centímetros, es un retrato de una niña. “Transmite una mirada de dulzura, una mirada llena de sonrisa, igual que sus labios, pero que es una niña que en esos momentos estaba sufriendo una fuerte enfermedad, un cáncer, y a través de un ser pequeñito, una niña, podemos percibir una gran fortaleza. Cuántos mayores pasan esa enfermedad y no la aguantan, se hunden en la miseria y en el abismo del dolor; en cambio, ellos, los niños, tienen como un ángel, una pureza, una fuerza singular”.

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