Chile: “¿Cuál es el perfil que debe tener nuestro nuevo obispo?”

  • Una reflexión del Consejo Pastoral Diocesano de Punta Arenas, en Chile, abordó esta pregunta luego de revisar cuáles son los desafíos que enfrenta esa Iglesia y que debe abordar el futuro prelado
  • Así reaccionó ese Consejo ante la aceptación de la renuncia del mitrado actual

 

Una novedosa gestión ha realizado el Consejo Pastoral Diocesano (CPD) de Punta Arenas, debido a la aceptación del papa Francisco a la renuncia presentada por el salesiano Bernardo Bastres, sdb, como obispo de Punta Arenas. Aceptación ‘nunc pro tunc’ (ahora para entonces) que deja al actual obispo en el cargo, hasta que sea designado su sucesor.



El CPD se propuso reflexionar sobre los desafíos que enfrenta esa Iglesia diocesana y el perfil del obispo que esperan. Realizada 3 semanas después que el Papa Francisco aceptó la renuncia a Bastres, sus acuerdos fueron enviados al nuncio Alberto Ortega como aporte de la Iglesia local a la búsqueda del próximo obispo.

Renuncia por razones personales

La diócesis de Punta Arenas, en el extremo sur de Chile, fue creada en 1947 y actualmente está organizada en 10 parroquias para atender una población de 125.000 habitantes. Siempre ha estado a cargo de obispos salesianos.

El 22 de diciembre pasado, se hizo pública la aceptación del Papa Francisco a la renuncia presentada por Bastres “por razones estrictamente personales”. Ese mismo día el obispo explicó al personal apostólico que “entre las razones que puedo compartir con ustedes, se encuentran todos los acontecimientos que nos ha tocado vivir estos años y cómo ellos han golpeado a nuestra Iglesia, sino también me han afectado personalmente. Me he visto sobrepasado y limitado para responder como merecen ser enfrentados y asumidos”, confesó el obispo.

Bastres nació en Santiago en 1955. Estudió en colegio salesiano e ingresó a esa congregación donde hizo sus primeros votos en 1974. Obtuvo el Bachillerato en Ciencias Religiosas y, más tarde, en la Pontificia Universidad Salesiana de Roma la Licenciatura en Derecho Canónico. Fue ordenado sacerdote en 1982 por el Cardenal Raúl Silva Henríquez, salesiano, entonces Arzobispo de Santiago. Se desempeñó en colegios de su congregación, en tareas pastorales, académicas y judiciales en la arquidiócesis de Santiago.

El año 2000 fue nombrado Provincial salesiano en Chile y el 2006 obispo de Punta Arenas. Al momento de renunciar tenía 66 años.

Perfil del nuevo obispo

Algunas publicaciones chilenas han dado a conocer que Bastres aparece mencionado en varios procesos por abusos cometidos por sacerdotes salesianos, en diversas ciudades del país.

Marcos Buvinic, sacerdote diocesano que integra el Consejo Pastoral Diocesano describió a Vida Nueva el proceso vivido para la presentación al Nuncio.

PREGUNTA.- ¿Cómo fue la actividad para participar en la selección del futuro obispo?

RESPUESTA.- El 13 de enero pasado tuvimos una reunión extraordinaria de Consejo Pastoral Diocesano [CPD] para reflexionar y ofrecer al nuncio Alberto Ortega el aporte de la Iglesia local a la búsqueda del próximo obispo de nuestra diócesis. Realizada en la Catedral y presidida por el vicario general Fredy Subiabre, participaron 64 personas (sacerdotes, religiosas, matrimonios diaconales, laicos y laicas coordinadores de las parroquias y los movimientos). En un ambiente sereno, de oración y reflexión, 10 grupos conversaron en torno a dos preguntas: ¿Cuáles son los principales desafíos de nuestra Iglesia en Magallanes? y desde estos desafíos ¿cuál es el perfil que creemos que debe tener el nuevo obispo de la diócesis?

P.- ¿Cuáles fueron los acuerdos?

R.- Los aportes de los grupos se sintetizaron en un plenario. Llegamos a 5 desafíos: evangelizar a los jóvenes y reencantarlos; unidad entre el clero y el Pastor; una Iglesia más abierta, saliendo al encuentro del otro, especialmente de los que se han alejado y abandonado la vida eclesial; reconstruir la Iglesia diocesana, siguiendo los pasos que ha dado el Papa Francisco, teniendo a Cristo al centro y anunciando el Evangelio con alegría; y promover la formación de los laicos, en la urgencia de que se comprometan en una participación más activa.

A la pregunta: ante estos desafíos, ¿cuál es el perfil que creemos debe tener el nuevo obispo de la diócesis? se identificaron estos 5: capacidad de escucha, acogida y diálogo; liderazgo pastoral y espiritual; sacerdote diocesano que no esté vinculado con escándalos o noticias que lo desvíen de la misión esencial de animar la evangelización; misericordioso, paciente, pacífico, líder conciliador y con experiencia pastoral en comunidades; y que sea, al mismo tiempo, un padre y un hermano, sencillo y cercano.

P.- ¿Qué hicieron, entonces, con esas conclusiones?

R.- Las enviamos al Nuncio Apostólico en Santiago, Alberto Ortega, como aporte del Consejo Pastoral Diocesano, que es la instancia orgánica de participación del pueblo de Dios en Magallanes.

P.- ¿Cómo nació esta idea?

R.- El mismo día que el Vaticano comunicó la aceptación de la renuncia del obispo Bastres, tuvimos una reunión del personal apostólico. Allí el obispo nos dio a conocer sus razones para renunciar. Se le propuso una consulta amplia en la diócesis para que el pueblo de Dios pudiese expresar su opinión acerca del próximo obispo, sin llegar a concretarlo.

A algunos sacerdotes y laicos nos parecía que era un bien hacer algo más abierto que las habituales consultas secretas que realiza el Nuncio en estos casos. Creíamos que eso ayudaría a fortalecer la confianza y la participación de todos, en medio de la honda crisis de credibilidad de la Iglesia a propósito de los abusos y su encubrimiento, y así dar un paso en la sinodalidad eclesial.

Instancia más representativa

P.- ¿Qué pasos dieron al inicio?

R.- En las normas de la Iglesia no hay nada que impida que se realice una consulta más amplia al pueblo de Dios en estas situaciones. Por eso, el 2 de enero escribí al Nuncio proponiéndole realizar una consulta como esta, argumentando el bien que esto significaba y que sería un paso significativo en la corresponsabilidad eclesial y en la sinodalidad del pueblo de Dios que, con tanta fuerza nos llama a vivir el Papa Francisco.

Tres o cuatro días después recibí respuesta del Nuncio, donde junto con decir que ya había iniciado el proceso de consulta secreta a diversos informantes, decía que “estas consultas a diversos informadores no quitan que en diversos ámbitos comunitarios se pueda hablar sobre los desafíos que enfrenta la Iglesia local y sobre el perfil que se desearía para el nuevo Pastor. El modo como esto se lleva a cabo depende de las circunstancias de cada sitio concreto […]. En cualquier caso, todos los aportes son bienvenidos”. Con esta respuesta pedí al obispo convocar una reunión extraordinaria del CPD, donde se realizase la consulta.

P.- ¿Cuál fue la convocatoria al Consejo Pastoral?

R.- Corresponde al obispo convocar al CPD. Bernardo lo citó “para tratar asuntos diocesanos en las actuales circunstancias que son importantes para nuestra acción evangelizadora”. Al día siguiente del encuentro, el Vicario Subiabre comunicó por escrito al obispo -que no estuvo presente en la reunión del CPD- el resultado de la consulta, para que la enviase a la nunciatura.

P.- ¿Qué esperan ahora?

R.- Esperamos, por cierto, que se tome en cuenta el parecer de nuestra Iglesia local en el proceso de nombramiento del nuevo obispo, manifestado a través de una instancia tan representativa como es el CPD, y así esperamos al nuevo obispo que nombrará el papa Francisco. También esperamos que este paso dado en nuestra diócesis, de ponernos a la escucha del Espíritu en este proceso, abra el camino para que se vaya haciendo algo similar en otras Iglesias locales que estén a la espera del nombramiento de un nuevo obispo.

Es importante tener en cuenta que en la Iglesia no hay ninguna norma que impida hacer algo así; y también ponernos a la escucha del Espíritu en medio de la vida del pueblo de Dios y a través de sus instancias representativas. Son pasos efectivos en una Iglesia sinodal, enfrentando el peligro que la sinodalidad se quede sólo en un discurso y las prácticas de la Iglesia sigan siendo las mismas. Que se tome en cuenta el parecer del pueblo de Dios y no ocurran situaciones tan lamentables y dolorosas como lo sucedido cuando en el 2015 se impuso el nombramiento de Juan Barros a la diócesis de Osorno. No parece coherente ni digno de una Iglesia que quiere vivir como una comunión sinodal, que ésta tenga un mecanismo de informantes secretos para conocer las opiniones de algunas personas de una Iglesia local.

P.- ¿Ha habido reacción del Nuncio?

R.- La reacción que hemos tenido del nuncio Alberto Ortega fue la respuesta a la carta en que le propusimos realizar esta consulta al CPD Después que se le envió el resultado de la consulta no hemos tenido otra reacción del nuncio.

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