Valeria López: “El sufrimiento de un hermano, sufrimiento de toda la comunidad”

La secretaria adjunta de la Conferencia Episcopal de Chile profundiza sus comentarios en la presentación del libro ‘Caminos para una Teología del Pueblo y de la Cultura’, de Rocco Buttiglione

Editado por la Academia de Líderes Católicos de Latinoamérica y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, el libro ‘Caminos para una Teología del Pueblo y de la Cultura’, del intelectual y político italiano Rocco Buttiglione, fue presentado en la sede de la universidad en el puerto de Valparaíso, en Chile.



La presentación estuvo a cargo de Valeria López, secretaria adjunta de la Conferencia Episcopal de Chile; el obispo de San Felipe, Gonzalo Bravo; Jaime Antúnez, presidente de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales; y Pedro Morandé, miembro de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales de la Santa Sede.

Personalidad comunional

En su intervención durante ese acto, Buttiglione afirmó que “la presencia de Cristo entre nosotros crea comunidad, crea personalidad comunional. Es decir, nos hace discípulos misioneros, como dice Bergoglio. Ese discípulo misionero es aquel que a través del sacramento de la eucaristía cambia ontológicamente la naturaleza del hombre haciéndolo también personalidad comunional, abierto al otro”.

Agregó que “el bien común no es el producto interno bruto, sino el hecho de que no puedo pensar en mi propio bien, si no es por medio del otro a quien encontré en Cristo. El individualismo es la derrota del pueblo. El pueblo cesa de ser pueblo y se convierte en masa. Gente que no vive la experiencia del otro, la experiencia del amor como salida de sí mismo y está ilusionada, no piensa. Vivimos una sociedad en la ilusión, una sociedad virtual que no tiene claro algo por lo cual vivir”.

“Este libro es una contribución a la generación que llega para que continúe con este camino”, concluyó Buttiglione.

Diálogo entre fe y cultura

Vida Nueva entrevistó a Valeria López Mancini, secretaria adjunta de la Conferencia Episcopal de Chile, buscando complementar sus comentarios al libro. Ella es argentina, vive en Chile hace 20 años, abogada de la Universidad de Buenos Aires y Licenciada en Derecho Canónico en la Universidad Católica Argentina.

PREGUNTA.- ¿Cuál es el aporte de la Teología del Pueblo?

RESPUESTA.- La teología del pueblo y de la cultura tiene como característica la inculturación del Evangelio, ya que no se puede prescindir del diálogo entre la Fe y la cultura. Busca reposicionar la categoría de Pueblo en la disciplina teológica y desde allí ser un aporte de diálogo en el espacio público,

Tal como señala el autor, la contribución innovadora de la teología del pueblo y de la cultura es que es un proceso inacabado, no se cierra en sí misma y contiene aspectos problemáticos que son, quizás, los más interesantes, porque necesitan ser profundizados y desarrollados. Es decir que el proceso de problematización y continuación de la teología del pueblo consiste en pensar América Latina desde la fe, y pensar la fe desde América Latina, así como también pensar la modernidad desde la perspectiva latinoamericana. El autor nos propone pensar los problemas presentes, desde una teología del pueblo y de la cultura, que se globaliza, sin perder sus raíces latinoamericanas, y su obra busca ser una ayuda para ello.

P.- ¿Cuál es la relación entre esa visión teológica y el concepto de sinodalidad?

R.- El sujeto de la sinodalidad es precisamente el Pueblo de Dios, y ese “caminar juntos” (naturaleza comunional de la Iglesia) en el anuncio del Evangelio (finalidad misionera de la Iglesia) nos hace a todos y a cada uno corresponsables en la vida y la misión de la Iglesia. Esa corresponsabilidad no se agota al interior de las estructuras e instituciones de la Iglesia, sino que el anuncio de la Buena Noticia interpela nuestra participación y presencia en el orden temporal (cultura, política, economía, comunicaciones, ciencias, etc.).

Por ello, existe una vinculación entre esta visión teológica y la sinodalidad, en el enfoque sobre el Pueblo de Dios, su configuración, sus notas características, y en particular, porque ambas suponen la corresponsabilidad de los fieles.

P.- Buttiglione, en la presentación del libro dijo que es necesario “que como comunidad ayudemos a los más desposeídos porque, de lo contrario, no se puede hablar de comunidad”.  ¿Por qué la dimensión solidaria hace comunidad?

R.- Precisamente en la concepción de pueblo que entrega esta visión teológica, los lazos de fraternidad, verdaderos, profundos, al sabernos hijos de un mismo Dios, y con la misma dignidad, hace que el sufrimiento de un hermano sea el sufrimiento de toda la comunidad, no podemos permanecer indiferentes, indolentes frente a las carencias de aquellos a quienes nos encontramos intrínsecamente unidos. Por otro lado, la comunidad se beneficia toda con el bien de cada uno, de modo que esta dimensión solidaria es requisito para constituir verdadera comunidad. Finalmente, en la teología del pueblo, los pobres no son instrumentalizados ideológicamente, porque son la cara de Cristo, sacramento de Cristo.

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