La receta de Omella contra el cambio climático: “Anuncio, denuncia y compromiso individual e institucional”

El presidente de la Conferencia Episcopal ejerce de anfitrión en un coloquio interreligioso sobre la Cumbre de Glasgow

“Quizá no hemos cultivado ni lo enseñado el cuidado de la Creación lo suficiente en nuestras catequesis y actividades pastorales”. Es la autocrítica que lanzó esta tarde el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, sobre la falta de empeño de la Iglesia en materia de ecología integral durante un encuentro interreligioso que acogió esta tarde en el auditorio de la Fundación Pablo VI.



Con el título “COP 26: el compromiso de las religiones con el cambio climático”, este coloquio organizado por el Episcopado español, reunió a los líderes de las principales confesiones religiosas de nuestro país, para valorar los desafíos apremiantes en materia de ecología integral tras la cumbre del clima de Glasgow.

Mucho en juego

“El fundamento de proteger la Casa Común está en nuestra teología y en la base de nuestra fe cristiana: somos colaboradores con Dios en la creación”, aseveró el también arzobispo de Barcelona, convencido de que “nos estamos jugando mucho, como nos dice el Papa en Laudato si’, porque no somos dueños, no administradores”.

“¿Cuántos años hace que se viene reclamando el 0,7% del PIB para los países pobres y cuántos lo han cumplido? ¿En qué medida los países desarrollados ayudamos a que puedan vivir dignamente y cuidar de la Casa Común?”, se preguntó Omella desde su experiencia en África que llamó tanto a las instituciones como a la ciudadanía para apostar por “el compromiso, el anuncio y la denuncia”.  “Aunque queda mucho por hacer, hay una conciencia creciente. Felicito a los jóvenes porque tienen un camino de sensibilización muy fuerte que nos están moviendo a los mayores”, reconoció el purpurado.

Depredador del cosmos

Para el archimandrita Demetrio Sáez, del Arzobispado Ortodoxo de España y Portugal “en lugar de jardinero del edén, el hombre se ha convertido en depredador del cosmos”. Con el objetivo de romper con esta dinámica, reclamó una mayor responsabilidad en lo cotidiano que vaya más allá de la protección de la naturaleza para “cuidar también al más débil, al embrión y a los enfermos terminales”.

Sáez denunció cómo en el momento en que las religiones dan un paso al frente ante los gobiernos y empresas “depredadores”, llegan a ser “perseguidos y asesinados en algunos casos”. “La Iglesia como institución -prosiguió con su reflexión. no tiene la fuerza suficiente para cambiar el rumbo por sí misma, pero alzar la voz y conciencia de lo mal que se está haciendo sí queda y debemos continuar en este empeño”.

Transformación interna

Por su parte, el rabino Moshe Bendahan, de la Comunidad Judía de España, puso énfasis en la necesidad de apostar por “educar” en materia ecológica para generar “una transformación interna de cada uno”. Con este punto de partida, considera clave promover “la solidaridad con las generaciones que vienen”. “Estamos en un tiempo de calentamiento global, pero enfriamiento espiritual”, lamentó sobre una secularización que considera que también influye a la hora de esa conciencia del cuidado de la creación.

“La complejidad del problema medioambiental y el cambio climático no es excusa para no abordar de la cuestión”, sentenció Alfredo Abad, de la Iglesia Evangélica Española. En este sentido, reclamó a las religiones que asuman “la responsabilidad” de hacer suyos conceptos como “la huella ecológica, la responsabilidad sobre el consumo que realizamos, el coste a las generaciones futuras de nuestro consumo excesivo…”. Abad apreció que hay “una gran interacción tanto interreligiosa como ecuménica” subrayando que apenas hay diferencias de matices en esta lucha conjunta: “En esta materia, hay una comunión importante”.

La Tierra no está en venta

La Tierra no está en venta y las religiones no podemos mirar para otro lado cuando en un país de Latinoamérica se condena a un defensor de los derechos humanos que se enfrenta a una empresa por su defensa de la naturaleza”, sentenció el portavoz evangélico.

“Hace falta un compromiso y una ética social para provocar un verdadero cambio, con las leyes solo no vale”, apuntó Mohamed Ajana, de la Comisión Islámica de España, para poner en valor el papel que pueden tener las religiones. Así, destacó cómo pueden colaborar en “concienciar y hacer pedagogía sobre la responsabilidad y efectos de los actos individuales” vinculados a la naturaleza y al Creador. “No nos debemos desanimar si vemos que no se nos escucha, simplemente tenemos que animarnos para seguir haciendo hincapié en algo que se necesita más esfuerzo”, alentó.

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