Luis Argüello reivindica “la pasión por anunciar el Evangelio” en medio del desarraigo actual

El secretario general de la Conferencia Episcopal Española interviene en el Ciclo de Formación Permanente de la Diócesis de León

El secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha reivindicado la “alegría y la pasión por anunciar el Evangelio, fieles al envío misionero, en la novedad del tiempo, en este tiempo que nos toca vivir”. Lo ha hecho en León este lunes, 29 de noviembre, dentro del Ciclo de Formación Permanente de la diócesis donde ha comentado el documento ‘Fieles al envío misionero’.



El también obispo auxiliar de Valladolid ha señalado que se está produciendo un “extraordinario cambio de época” basado en “dos palabras: desvinculación y desarraigo”. “Desvinculación en este tiempo en el que los vínculos familiares, los vínculos con la realidad, incluida la propia realidad corporal, los vínculos con Dios se han removido, creciendo un tiempo desvinculador que lleva a una propuesta de sujeto humano que llamamos individuo autosuficiente e independiente, que genera desconfianza y enfrentamiento” argumentó.

El horizonte del sínodo

Ante esta situación, Argüello invitó a vivir “este tiempo tan oportuno para que la Iglesia se descifre a sí misma como un pueblo peregrino y qué oportuna la propuesta del papa Francisco con el Sínodo para situarnos como pueblo en camino, que acompaña en ese camino a turistas, a refugiados, a inmigrantes, a personas que viven desarraigo y desvinculación, y dado que estamos aquí en el Camino de Santiago, hace falta ponernos al lado de todos como pueblo que camina desde nuestra condición de hospitalarios y nuestra condición de monjes, alguien que nos acoge y nos cura y alguien que nos ofrece en el camino a aquel que es la plenitud del camino”.

Una imagen sinodal y peregrina llamada “a ofrecer el testimonio de vida fraternal y entregada en la familia y la comunidad cristiana y de amistad civil en la vida ciudadana, para hacer de la comunidad cristiana ámbito de escucha y encuentro, peregrinos que tenemos a alguien a quien ofrecer, que tenemos una pertenencia comunitaria, como lugar de encuentro y como hospital de campaña, porque toda la actividad de la Iglesia ha de ser expresión del amor de Dios”, propuso.

“Anunciar a Dios desde esos testimonios de vida personal y comunitaria, que expresen la novedad de la vida cristiana, y hacer que ese anuncio, que es buena noticia, permite reflejar que la Iglesia es una comunidad de pecadores perdonados, frágil, que abre una tienda de campaña en medio de la peregrinación para poder escuchar y curar, y que al mismo tiempo despliega ese amor que ha recibido tratando de hacer de la humanidad familia y de la tierra hogar”, concluyó el portavoz episcopal.

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