El deán de la catedral de Toledo sobre el videoclip de C. Tangana: “Se podía haber evitado”

  • Tras conocerse su dimisión, Juan Miguel Ferrer niega un enfrentamiento con el arzobispo: “Estamos en plena comunión”
  • El sacerdote confirma que el templo se cedió por 15.000 euros, un fondo destinado a obras sociales

El deán de la catedral de Toledo, Juan Miguel Ferrer, ha admitido hoy que la polémica generada por el videoclip de C. Tangana y Nathy Peluso grabado en el templo “se podía haber evitado”.



En el marco del acto de la patrona de la Guardia Civil en la capital manchega, el sacerdote ha compartido ante los medios la cadena de errores que se produjeron desde la concesión del permiso para el rodaje hasta su emisión. Así, detalló que cuando se grabaron las escenas protagonizadas por Tangana y Peluso no había ningún representante de la catedral por lo que no se pudo tener un control de su contenido.

Fallos de comunicación

Así admite que algunas escenas “han provocado el escándalo de algunas personas”. “Eso fue un fallo”, reconoce, si bien no se arrepiente del comunicado inicial en el que se defendía la cesión del espacio. “Es verdad y explicaba las razones por las que se llegó al permiso”. Ferrer también ha compartido que otros “fallos de comunicación” que hizo que el asunto “se complicase”. Por ejemplo, no es habitual que este tipo de grabaciones se le comuniquen al obispo.

En su encuentro con los periodistas, el deán ha confirmado que se recaudaron 15.000 euros por el rodaje del videoclip, que se destinarán a obras sociales, como el resto de actividades de este tipo que se realizan en el templo de este estilo.

Cordialidad y sintonía

En paralelo, también negó que su dimisión sea fruto de un choque de trenes entre el Cabildo al que representa y el arzobispo, Francisco Cerro. “Se había manifestado que estábamos enfrentados y hemos querido decir que queda claro que los dos estamos en plena comunión”, apunta el deán que ha renunciado a su cargo cuando apenas quedaban unas semanas para que terminara oficialmente. “Para que quede todo claro, la cordialidad y la sintonía entre los dos es enorme y pienso que es una vuelta a la normalidad después de este doloroso incidente”, ha insistido.

Eso sí, el presbítero ha lamentado el extremo al que se ha llevado la cuestión: “Tengo una familia y unos padres ancianos y eso es lo que me ha dolido. Yo reconozco toda crítica y que me he podido equivocar pero cuando me corrigen, me gusta que se haga con caridad y respeto”.

Diálogo fe-cultura

Aun así, a toro pasado, como hizo cuando suscribió el primer comunicado, apunta que “estoy convencido de que la música de un tipo de un lado y de otro nosotros desde la fe, lo que vamos buscando es hacer bien a la gente y espero que después de todo este dolor y esta polémica todos nos esforcemos por hacer bien unos a otros”.

Con la vista puesta ya en sus labores como docente y canónigo, el todavía deán asegura que “esto es para mí es agua pasada y lo que quiero es que todo el mundo esté sereno y viva en paz y no haya tensiones”.

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