“Espero que la Jornada Mundial de los Abuelos y Mayores nos ayude a crecer en nuestro amor por ellos y a descubrirlos como maestros de ternura, guardianes de nuestras raíces y dispensadores de sabiduría”. Así se ha expresado el cardenal prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, Kevin Farrell, al presentar hoy en el Vaticano el Mensaje del Papa para esta primera Jornada instaurada por el propio Francisco, que se celebrará el próximo 25 de julio.
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Según ha señalado el purpurado en rueda de prensa, “la ternura puede convertirse en una forma de vida, que nace del corazón, de la mirada de la misericordia, y se convierte en pensamientos y acciones imbuidas de auténtica caridad”.
Asimismo, ha recalcado que, “en una sociedad desgastada y endurecida que emerge de la pandemia, no solo existe la necesidad de vacunas y recuperación económica (aunque fundamental), sino también de reaprender el arte de las relaciones. En esto, los abuelos y los ancianos pueden ser nuestros maestros. Por eso también son tan importantes”.
Al mismo respecto, el cardenal estadounidense ha hecho hincapié en que, en la Iglesia, los abuelos y los ancianos tienen un lugar de honor. “En la pastoral, se invita a cada una de nuestras comunidades a no considerar a las personas mayores como clientes de nuestros servicios sociales, sino a considerarlas protagonistas de nuestros programas y potenciar su espiritualidad. Poner a los abuelos y a los ancianos en el centro, captar el valor de su presencia es también la única alternativa verdadera a una cultura de usar y tirar”, ha remarcado.
Además, “los ancianos son un gran recurso para salir de una crisis, mejor y no peor”. “Esto es sobre todo para ayudarnos a comprender que lo que vivimos no es la primera crisis, ni será la última, y que la historia de la humanidad se sitúa en una historia que las trasciende”, ha añadido.
Del mismo modo, ha afirmado que “la experiencia de las personas mayores puede ayudar a los jóvenes a comprender su propia vida de una manera más realista, con el cuidado necesario para tomar buenas decisiones”. Y se ha preguntado: “¿Cuántas veces ha ayudado un abuelo a un nieto a comprender que una aparente gran decepción es solo un nuevo camino que el Señor está señalando?”.
Por otro lado, la Penitenciaría Apostólica, acogiendo la petición presentada por el cardenal Farrell, concede la Indulgencia Plenaria, en las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión Eucarística y oración según las intenciones del Papa), a los abuelos, a los mayores y a todos los fieles que, “movidos por un verdadero espíritu de penitencia y caridad, participen el 25 de julio de 2021 en los diversos actos que se realizarán en todo el mundo”.
