El Papa pide a los líderes políticos iberoamericanos solidaridad con las vacunas

  • Francisco envía una carta a la XXVII Cumbre Iberoamericana que se celebra en Andorra
  • El Pontífice llama a los jefes de Estado y de gobierno a renegociar la deuda de los países más necesitados

Cumbre Iberoamericana en Andorra Pedro Sánchez con Joan Enric Vives, arzobispo de Urgell y copríncipe de Andorra

“Son particularmente bienvenidas las iniciativas que buscan crear nuevas formas de solidaridad a nivel internacional, con mecanismos dirigidos a garantizar una distribución equitativa de las vacunas, no basada en criterios puramente económicos, sino teniendo en cuenta las necesidades de todos, especialmente de los más vulnerables y necesitados”. Así lo ha expresado el papa Francisco en su carta a la XXVII Cumbre Iberoamericana que se celebra en Andorra y en la que la mayoría de jefes de Estado y de gobierno participan de forma online.



En el mismo sentido, el Pontífice ha continuado: “Al reconocer los esfuerzos en la búsqueda de una vacuna efectiva para el Covid-19 en tan breve tiempo, deseo reiterar que la inmunización extensiva debería ser considerada como un ‘bien común universal’, noción que requiere acciones concretas que inspiren todo el proceso de investigación, producción y distribución de las vacunas”.

La Cumbre Iberoamericana cuenta con la presencia del rey Felipe VI y el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Ambos dirigentes fueron recibidos a su llegada por el arzobispo de Urgell y copríncipe de Andorra, Joan Enric Vives.

El Papa ha centrado su discurso en “los terribles efectos de la pandemia de Covid-19 en todos los ámbitos de la vida cotidiana, que ha exigido enormes sacrificios a cada nación y a sus ciudadanos, y que llama a toda la comunidad internacional a comprometerse, unida, con espíritu de responsabilidad y de fraternidad, a enfrentar los muchos desafíos ya en acto, y aquellos que vendrán”.

Tutelar la vida

Tras recordar a las víctimas y enfermos, y elogiar la ardua labor de los médicos, enfermeros, personal sanitario, capellanes y voluntarios, ha insistido en que “la crisis actual es una ocasión propicia para replantear la relación entre la persona y la economía que ayude a superar el cortocircuito ‘de la muerte que vive en todo lugar y en todo tiempo’. Por ello debemos unir esfuerzos para crear un nuevo horizonte de expectativas donde el beneficio económico no sea el objetivo principal, sino la tutela de la vida humana”.

Por otro lado, Jorge Mario Bergoglio ha invitado una vez más a “la necesidad de reformar la ‘arquitectura’ internacional de la deuda, como parte integrante de nuestra respuesta común a la pandemia, pues la renegociación de la carga de deuda de los países más necesitados es un gesto que ayudará a los pueblos a desarrollarse, a tener acceso a las vacunas, a la salud, a la educación y al empleo”. “Tal gesto debe ir acompañado por la puesta en práctica de sólidas políticas económicas y por una buena administración que llegue a los más pobres”, ha agregado.

Según ha subrayado, “nada de esto será posible sin una férrea voluntad política que tenga la valentía de decidir cambiar las cosas, principalmente las prioridades, para que no sean los pobres los que paguen el costo más alto de estos dramas que están golpeando a nuestra familia humana”.

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