El obispo de Salamanca se planta ante el límite de aforo en las iglesias: “Sentimos perplejidad, desacuerdo y malestar”

  • La diócesis de Carlos López se suma a Vallodolid para criticar la “extrema limitación del ejercicio de la libertad religiosa que impone” la Junta de Castilla y León
  • “Ante la presente norma tenemos motivos para sentirnos ignorados en nuestras convicciones religiosas, social e institucionalmente no reconocidos”, denuncian
  • Toda la actualidad de la Iglesia sobre el coronavirus, al detalle

Las diócesis de Valladolid y Salamanca no están muy satisfecha de la reducción que ha hecho la Junta de Castilla y León el pasado 2 de septiembre, que restringe a 25 personas el máximo de participantes en las celebraciones litúrgicas. Tanto es así que Salamanca, que celebra el próximo 8 de septiembre la fiesta de la Virgen de la Vega, podrá quedarse sin la misa solemne presidida por el obispo.



Criterio arbitrario

Y es que la diócesis salmantina ha lamentado, en un comunicado, que “en el último tiempo de aumento del número de contagios, por causas muy diversas y de distinto significado, ninguna autoridad sanitaria ha manifestado públicamente ni ha presentado datos que permitan equiparar la situación epidemiológica actual con la de aquellos momentos iniciales”. Para el obispado, la nueva normativa “no ofrece un análisis ponderado de la actual situación epidemiológica, en sus sectores de origen, en sus causas y consecuencias, ni tampoco de la situación de la atención en los hospitales, que pudiera llevar a la conclusión de que la situación actual es equiparable e incluso más grave y alarmante que la sufrida en los momentos iniciales”.

Por ello, denuncian que “sólo con semejante análisis, especialmente referido también a los posibles casos de contagio ocasionados por la asistencia a los actos de culto, se podría acreditar la extrema limitación del ejercicio de la libertad religiosa que impone el nuevo criterio sanitario”. Por ello, señalan que “en ausencia de tal acreditación, los afectados no tenemos motivo alguno para valorar la nueva norma como razonablemente justificada. Y sólo nos queda la posibilidad de mostrar la perplejidad, el desacuerdo y el malestar”.

La diócesis echa de menos que no se contemple la amplitud de un templo. Tras estos meses de escrupuloso cumplimiento, ahora “ante la presente norma tenemos motivos para sentirnos ignorados en nuestras convicciones religiosas, social e institucionalmente no reconocidos e, incluso, limitados en el ejercicio de nuestra libertad religiosa personal y en nuestra libertad de presencia y testimonio del Evangelio en medio del mundo”.

El valor de la vida

En Valladolid, el vicepresidente y portavoz del Ejecutivo autonómico, Francisco Igea, ha respondido a las críticas que se han producido desde la hostelería, el sector cultural y también desde el Arzobispado que celebra la Virgen de San Lorenzo. Ha señalado que las limitaciones son “muy exigentes” pero necesarias porque “por encima del valor de la vida humana no hay nada”.

“Se han visto escenas y manifestaciones que yo comprendo”, ha señalado Igea. Pero ha añadido: “Me gustaría que alguien, a parte de las sillas en la plaza Mayor (de Valladolid), hubiera colocado los 4.000 ataúdes que se ha llevado esta epidemia. Si alguien hubiera colocado 4.000 ataúdes en la plaza Mayor quizá entenderíamos mejor las cosas”.

Noticias relacionadas
Compartir