5 consejos del papa Francisco a los periodistas para evitar las ‘fake news’

Los sentimientos y sensaciones que producen el hecho de enfrentarse a una pandemia como ha sido el coronavirus es el campo propicio para que circulen, los bulos, las exageraciones, la desinformación… las llamadas ‘fake news’. La precarización del sector, la pluralidad de canales de transmisión de informaciones, la tentación del sensacionalismo o la falta de sentido crítico han convertido a la difusión de determinados tipos de mensajes tendenciosos en un auténtico problema social. Un fenómeno que puede ayudar a recuperar los valores mas genuino del periodismo.



Vida Nueva, repasa en este domingo de la Ascensión del Señor –si no se ha cleebrado el jueves–, en el que la Iglesia celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales con el lema “Para que puedas contar y grabar en la memoria (cf. Ex 10,2). La vida se hace historia”, 5 consejos del papa Francisco a los periodistas para evitar las ‘fake news’.

1. Llamados a construir

La tarea comunicativa es apasionante, ya que implica un componente relacional que ayude a la sociedad y sus ciudadanos a tomar las decisiones que la harán seguir caminado hacia el futuro. Personas que conforman su historia conociendo las necesidades del otro. Esto, en el mensaje del papa Francisco para la jornada de esta año, la número 54, se llama “construir”.

“Para no perdernos necesitamos respirar la verdad de las buenas historias: historias que construyan, no que destruyan; historias que ayuden a reencontrar las raíces y la fuerza para avanzar juntos”, escribe el pontífice en la introducción. “En medio de la confusión de las voces y de los mensajes que nos rodean, necesitamos una narración humana, que nos hable de nosotros y de la belleza que poseemos. Una narración que sepa mirar al mundo y a los acontecimientos con ternura; que cuente que somos parte de un tejido vivo; que revele el entretejido de los hilos con los que estamos unidos unos con otros”.

2. No perder de vista el relato

Las informaciones que recibimos son una ayuda para que cada persona vaya elaborando su propio mapa social de la realidad en la que vive. Los hechos nunca son aislados y todos conforman una imagen mental que va más allá de unos presupuestos ideológicos, es la forma personal de ver el mundo. Por ello, la comunicación cumple una función a la historia al aportar al relato de un generación sus trazos diarios.

“Las historias de cada época tienen un “telar” común: la estructura prevé “héroes”, también actuales, que para llevar a cabo un sueño se enfrentan a situaciones difíciles, luchan contra el mal empujados por una fuerza que les da valentía, la del amor. Sumergiéndonos en las historias, podemos encontrar motivaciones heroicas para enfrentar los retos de la vida”, escribe Francisco. Y es que, advierte el Papa, los relatos “ya sean en forma de cuentos, de novelas, de películas, de canciones, de noticias… las historias influyen en nuestra vida, aunque no seamos conscientes de ello”. La realidad que la humanidad construye –incluida la que no sale en los periódicos y en las webs– es la que revela en profundidad cómo somos.

3. Frente a la indiferencia al mal

Bergoglio denuncia a “quien se sirve del llamado storytelling con fines instrumentales”. Ya ha dicho varias veces el Papa que “leer ‘fake nes’ es como comer caca”. Por eso advierte en su mensaje sobre “cuántas historias nos narcotizan, convenciéndonos de que necesitamos continuamente tener, poseer, consumir para ser felices”.

Y prosigue, poco después, “a menudo, en los telares de la comunicación, en lugar de relatos constructivos, que son un aglutinante de los lazos sociales y del tejido cultural, se fabrican historias destructivas y provocadoras, que desgastan y rompen los hilos frágiles de la convivencia”. La función social y responsabilidad profesional del periodismo se hace clave en momentos de desconcierto y fragilidad institucional. “En una época en la que la falsificación es cada vez más sofisticada y alcanza niveles exponenciales (el ‘deepfake’), necesitamos sabiduría para recibir y crear relatos bellos, verdaderos y buenos. Necesitamos valor para rechazar los que son falsos y malvados”, sugiere.

4. Renovar la memoria

“Mientras leemos la Escritura, las historias de los santos, y también esos textos que han sabido leer el alma del hombre y sacar a la luz su belleza, el Espíritu Santo es libre de escribir en nuestro corazón, renovando en nosotros la memoria de lo que somos a los ojos de Dios”, señala el pontífice en la parte final del mensaje. “En todo gran relato entra en juego el nuestro” dice el Papa sobre la Biblia como “historia de historias” pero también sobre el relato que se traza en cada momento histórico.

“Ya no estamos anudados a los recuerdos y a las tristezas, enlazados a una memoria enferma que nos aprisiona el corazón, sino que abriéndonos a los demás, nos abrimos a la visión misma del Narrador”, señala a partir del mensaje de Jesús. “Contarle a Dios nuestra historia nunca es inútil; aunque la crónica de los acontecimientos permanezca inalterada, cambian el sentido y la perspectiva”, apunta.

5. Los verdaderos protagonistas

Francisco afirma con rotundidad que “nadie es un extra en el escenario del mundo y la historia de cada uno está abierta a la posibilidad de cambiar. Incluso cuando contamos el mal podemos aprender a dejar espacio a la redención, podemos reconocer en medio del mal el dinamismo del bien y hacerle sitio”. El juicio social que puede hacer la circulación de noticias falsas o incompletas puede acabar con la inocencia de las víctimas.

“No se trata, pues, de seguir la lógica del ‘storytelling’, ni de hacer o hacerse publicidad, sino de rememorar lo que somos a los ojos de Dios, de dar testimonio de lo que el Espíritu escribe en los corazones, de revelar a cada uno que su historia contiene obras maravillosas”, escribe. La innegociable búsqueda de la verdad.

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