El obispo de Vitoria subraya que la comunidad cristiana está volcada con los más vulnerables en la crisis del coronavirus

“La resurrección de Jesús nos catapulta a la comunidad y a los más vulnerables”. Así comienza Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria, un vídeo mensaje que, bajo el título ‘¿Dónde está la comunidad cristiana?’, reflexiona acerca de la situación provocada por la pandemia del Covid-19 y en qué debería consistir la “nueva normalidad”.



“La Iglesia sigue ahí, a pie de calle”, dice el prelado, “no ha dejado de atender ni un segundo a los más vulnerables”, a través de “Cáritas y todas las obras sociales de la Iglesia”. Es, por ello, el “momento de seguir contribuyendo desde casa, saliendo poco, a las grandes necesidades que ya están ahí”.

Porque la crisis social y económica como consecuencia de la pandemia y sus afectados “no es que se avecinen, es que ya están ahí”. Para afrontarla, “cada una de las diócesis están proponiendo donaciones extras, campañas de ayuda y recursos porque, efectivamenete, este momento lo pide”.

Hacia la “nueva normalidad”

“Lo decía el Papa, con muchísima fuerza, en esa iniciativa suya ‘Un plan para resucitar'”, recuerda el obispo, haciendo referencia a las palabras escritas por Francisco en Vida Nueva. “¿Seremos capaces de actuar responsablemente frente el hambre que sufren tantos, sabiendo que hay alimentos para todos? ¿Seguiremos mirando para otro lado con un silencio cómplice ante esas guerras, alimentadas por dominio y de poder? ¿Estaremos dispuestos a cambiar los estilos de vida que sumergen a tantos en la pobreza, animándonos a llevarnos una vida más austera y humana, que posibilite un reparto equitativo de los recursos? ¿Adaptaremos, como comunidad internacional, las medidas necesarias para frenar la devastación del medio ambiente, o seguiremos negando la evidencia? ¿La globalización de la indiferencia seguirá amenazando y tentando nuestro caminar? Ojalá nos encuentre con los anticuerpos necesarios de la justicia, la caridad y la solidaridad”.

“No queremos volver a la antigua normalidad”, añade el obispo, “debemos aprender”. “La nueva normalidad tiene que sacar lo mejor de nosotros mismos”, subraya, haciendo un llamamiento a la comunidad cristiana “porque ahora es el momento de la solidaridad. Recuerda todas las redes que necesitan apoyo, ayuda humana, recursos”.

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