Choque entre los obispos de Estados Unidos a costa de James Martin y el colectivo LGTBI

Cada cinco o siete años, los obispos de las diferentes Conferencias Episcopales del mundo viajan al Vaticano para poner al Papa al día de la situación de la Iglesia universal, en lo que se conoce como visitas ‘ad limina’. Cuando un país, como es el caso de Estados Unidos, tiene casi 470 obispos, estos encuentros deben hacerse divididos. En total, Francisco ha recibido a los prelados estadounidenses en 15 tramos.



Fue el décimo tercero de estos encuentros el que ha traído la polémica. El pasado 10 de febrero, cuando Francisco se reunía con los obispos de Nuevo México, Arizona, Colorado, Utah y Wyoming. El 18 de febrero, JD Flynn escribía un artículo para First Things en el que argumentaba que el jesuita James Martin, conocido por dedicar su ministerio al acompañamiento a la comunidad LGTBI, presenta “una visión de la persona humana en desacuerdo con la enseñanza católica”.

Unos días después, el 20 de febrero, Flynn publicaba otro artículo para el portal estadounidense de la Agencia Católica de Noticias (ACN), del cual es el redactor jefe, donde afirmaba que dos obispos anónimos de aquella visita ‘ad limina’ habían declarado haber notado a Francisco “visiblemente molesto” cuando el tema de Martin surgió en la conversación a puerta cerrada, sobre todo por el tratamiento que los medios de comunicación hicieron de su reunión con el sacerdote el pasado mes de septiembre. Además, el artículo asegura que el Papa habría dicho que Martin ha recibido “una amonestación” por parte de sus superiores de la Compañía de Jesús.

Versiones contradictorias

Sin embargo, no tardó en llegar la versión contraria de esta historia. Según el arzobispo de Santa Fe, Nuevo México, John Charles Wester, presente también en la reunión, Francisco nunca dijo nada de que los jesuitas fueran a llamar la atención a Martin. “No tengo ningún recuerdo del Papa enojado o molesto”, ha asegurado Wester. Algo que ha confirmado Martin en sus redes sociales, donde ha subrayado que ninguno de sus superiores le ha llamado la atención por su apostolado.

Por otra parte, el director de La Civiltà Cattolica, Antonio Spadaro, en su cuenta de Twitter, ha dejado clara su postura ante el hecho de que una agencia de noticias utilice rumores –o, al menos, fuentes no confirmadas– para generar información. “No hay lugar en el periodismo eclesiástico para el uso de reclamos no controlados por fuentes anónimas para reducir la reputación de la gente”, ha subrayado Spadaro.

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