Cinco obispos mexicanos y sus deseos para esta Navidad 2019

  • Los obispos titulares de Monterrey, Morelia, Tijuana, Puebla y Cuernavaca expresaron sus buenos deseos a través de diferentes redes sociales
  • El presidente del Episcopado Mexicano llama a enfrentar con la gracia de Dios los retos que presentará el 2020 para el país

Como es tradición, a unas cuantas horas de celebrarse la Navidad, varios obispos mexicanos difundieron a través de sus redes sociales sus mejores deseos. Uno de los primeros en hacerlo fue Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), quien no sólo deseó a los mexicanos una Feliz Navidad y un mejor año 2020, sino que los instó a “enfrentar los retos del presente con la gracia de Dios y la fuerza de la encarnación”.

“Ustedes tendrán siempre ánimo para salir adelante; son muchos retos, en nuestra familia, personales, en nuestra sociedad, pero todo aquel que cree en Jesucristo tendrá la fortaleza para seguir adelante… Navidad es alegría, es esperanza, es un mejor futuro para todos los hombres de buena voluntad”.



Llamados a ser familia de paz

Por su parte, el arzobispo de Morelia y vicepresidente de la CEM, Carlos Garfias Merlos, deseó que el amor del Niño Jesús guíe a todas las familias y comunidades “para comprometernos en la conciencia común de ser ‘familia’, llamada a construir vínculos de confianza y de ayuda mutua”.

“Pidámosle a Jesús Niño que en Navidad, ante esta realidad de violencia y de confrontación cerrada y agresiva, haya apertura y colaboración para el diálogo veraz y constructivo, la honestidad e integridad de vida, así como un comportamiento humano, basado en los principios de verdad, libertad, igualdad y justicia, que mira al bien común, camino sabio para la Construcción de la Paz”.

Una Navidad para descubrir el rostro de Jesús

En tanto, el arzobispo de Tijuana, Francisco Moreno Barrón y responsable de la Dimensión de Pastoral Litúrgica de la CEM, recordó que la Navidad significa “Dios con nosotros; de manera que él quiere renacer en el corazón de cada uno de nosotros, y ese renacer significa que quiere que descubramos su rostro, de Él, recién nacido, en las personas que nos rodean, sobre todo en los pobres, en los tristes, en los enfermos, en las personas privadas de su libertad, en los migrantes, en esa gente que parece menos útil a los ojos del mundo”.

Aseguró que, desde luego, esto supone que los primeros en quienes veamos el rostro del recién nacido sean también nuestros familiares, para que intensifiquemos una vida, una relación de unidad y de amor con ellos.

Un tiempo para arreglar el corazón

A su vez, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinoza, consideró que la Navidad es un tiempo para arreglar nuestro corazón; “que el corazón de cada uno de nosotros sea un pesebre para que el niño Jesús nazca en cada creyente… También es un tiempo para arreglar nuestra casa, para recibir en esta Navidad al prójimo, al que más nos necesita, a aquel que durante el año no pudimos perdonar… date ese regalo, el de la reconciliación, el del perdón, el de la cercanía, el del salir de ti mismo, para recibir a alguien más”.

Una oportunidad para contemplar el misterio

Y por último, el obispo de la Diócesis de Cuernavaca y tesorero de la CEM, Ramón Castro Castro, lamentó que siendo la Navidad un misterio; “los seres humanos hemos perdido la capacidad de asombro, por desgracia; actualmente el ser humano todo lo quiere racionalizar, todo lo quiere entender, todo lo quiere dominar y todo lo quiere manipular y por eso en muchas ocasiones este bellísimo momento no lo valoramos en todo lo que es. Los invito con toda el alma y el corazón a mirar ese misterio y a dejarnos llenar de él, aceptarlo, vivirlo y ver cómo el amor se manifiesta de una manera tan grande y extraordinaria”.

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