Manuel Barrios: “La Europa que construye muros ha perdido la fe en Dios”

Manuel Barrios, secretario general de la COMECE

Del 23 al 25 de octubre, la Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) celebró en Bruselas su Asamblea de Otoño, con el Sínodo para la Amazonía como telón de fondo y el “impulso de la encíclica ‘Laudato si’” iluminando la reflexión de los obispos sobre cómo las políticas ecológicas pueden contribuir al desarrollo humano integral. Era la primera cita de estas características en la que participaba el sacerdote español Manuel Barrios Prieto (Madrid, 1962) en calidad de nuevo secretario general del organismo episcopal para los próximos cuatro años, tras ser elegido el pasado mes de junio para sustituir en el cargo al dominico francés Olivier Poquillon.

PREGUNTA.- Ocupa desde septiembre la secretaría general de la COMECE, que tiene la responsabilidad de mantener abiertos cauces de diálogo con las instituciones europeas. Se antoja todo un desafío, dada la etapa de incertidumbre que atraviesa hoy la Unión Europea (UE)…

RESPUESTA.- Así es. Se trata de un gran desafío para mí, pero este momento que vivimos es, sobre todo, una gran oportunidad para la Iglesia en Europa. Contamos con un nuevo Parlamento, muy renovado en sus miembros, una nueva Comisión y muchas cuestiones importantes sobre la mesa que hay que afrontar: el ‘Brexit’, la crisis migratoria, la digitalización de la vida, la crisis ecológica, el trabajo juvenil, la apertura a los países del Este y de los Balcanes, los populismos… Muchos temas importantes a los que la Iglesia quiere dar respuesta, haciendo oír la voz de los pobres y más desfavorecidos, y defendiendo los valores fundamentales que constituyen el alma de Europa.

Tender puentes con los políticos

P.- ¿Qué le puede ayudar más en esta tarea de tender puentes con los políticos: su experiencia desde 2011 como director del Secretariado de Relaciones Interconfesionales del Episcopado español o su licenciatura en Psicología?

R.- Espero que todo, pero de un modo especial también mi experiencia de pastor, de párroco en Madrid, durante los últimos 20 años en la hermosa parroquia de Santa Catalina de Alejandría. Aunque la actividad de la COMECE es de diálogo con las instituciones y esto tiene su especificidad, la actividad de la Iglesia tiene siempre una finalidad pastoral, y la COMECE también, como se reconoce en sus propios estatutos.

P.- ¿Las políticas migratorias de algunos países de la UE son la prueba de que Europa ha perdido su alma cristiana?

R.- Europa no puede perder su alma o sus raíces cristianas porque están ahí en su mismo ser: desde que llegó la buena noticia de Jesús al continente en el primer siglo de nuestra era, iluminando todos sus rincones como dirían los orientales, hasta que empezó a surgir el proyecto de unidad europea a mediados del siglo pasado con los padres fundadores, muchos de ellos inspirados por un profundo humanismo cristiano. Sin embargo, sí es verdad que una Europa que se cierra sobre sí misma, que quiere defender su “estilo de vida europeo” sin tener en cuenta a los pobres y a los más desfavorecidos, que construye muros y que toma decisiones motivadas por el miedo, claramente muestra que la vivencia de la fe en un Dios misericordioso, ese que se ha hecho prójimo del hombre herido y abandonado, se ha debilitado mucho, si no se ha perdido del todo. (…)

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