El Papa acepta la renuncia del jefe de la Gendarmería Vaticana tras filtrarse documentación de una operación dirigida por él

  • El Comandante Domenico Gian lleva 20 años al frente la policía de la Santa Sede y vigilaba unas operaciones inmobiliarias millonarias fraudulentas
  • En una entrevista manifiesta su lealtad hasta el final y agradece el reconocimiento de Bergoglio

En todos los actos públicos se puede ver a pocos pasos del papa Francisco al comandante la Gendarmería Vaticana, Domenico Giani. Este discreto agente de policía ha presentado su renuncia tras la publicación, por parte de la prensa italiana, de una hoja en la que figuran 5 altos cargos de la oficina de control financiero del Vaticano implicados en una operación de malversación de fondos. En un comunicado de la Oficina de Prensa se indica que la publicación de dicho material interno “es muy perjudicial tanto para la dignidad de las personas involucradas como para la imagen de la Gendarmería”.

Agradecimiento papal

Por ello, el propio Gian –aunque no es el responsable directo– como jefe del organismo policial ha presentado su dimisión para facilitar las labores de la Justicia y de sus propios subalternos. Gesto que ha sido alabado por el papa Francisco, que subraya su “incuestionable lealtad” y su papel en tantos momentos “delicados”. También ha puesto de manifiesto la labor de profesionalización desarrollada en la Gendarmería en los 20 años que este ex agente secreto lleva al frente.

La operación en cuestión está relacionada con la incautación de documentación y material informático en las oficinas de la Autoridad de Información Financiera (AIF) en la propia Secretaría de Estado. Entre los 5 funcionarios investigados de gestionar diferentes inversiones en distintos lugares del mundo están, entre otros, el jefe del Departamento de Información y Documentación, el sacerdote Mauro Carlino, y el director de la AIF, Tommaso Di Ruzza,

Honor y lealtad

En una entrevista concedida a los medios vaticanos, el comandante agradece que el papa Francisco le haya mostrado, hasta el final, un reconocimiento a “su honor, lealtad y fidelidad en su trabajo diario”. Gian confiesa que vive el momento con “serenidad interior” ya que “en estos años he gastado toda mi energía para asegurar el servicio que se me había confiado”, confiesa.

De esta manera, señala, asume su responsabilidad ya que “habiendo dicho y testificado siempre que estoy dispuesto a sacrificar mi vida para defender la del Papa, con el mismo espíritu he tomado la decisión de confiar mi tarea para no dañar en modo alguno la imagen y la actividad del Santo Padre”.

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