La Arquidiócesis de Yucatán denuncia el mal uso del agua

  • “Es una gran injusticia que se utilice en enormes cantidades para las empresas, y no se dé prioridad a las familias”, asegura el arzobispo Gustavo Rodríguez
  • Señala que la técnica del fracking provoca severa contaminación en el agua del subsuelo, y las familias no tienen equipos para purificarla

“El agua está escaseando, y pronto será un grave problema”, es por ello que la Arquidiócesis de Yucatán no ha escatimado esfuerzos para concientizar a sus fieles sobre la importancia del cuidado del vital líquido en dicha entidad.

En entrevista para Vida Nueva, el arzobispo Gustavo Rodríguez Vega, considera que, ante esta situación, es necesario crear una cultura del cuidado, y en este sentido los católicos tienen una responsabilidad importante: “desde nuestra fe tenemos que darnos cuenta de que el agua es un don precioso de Dios y es para todos. No podemos conformarnos con tener nosotros acceso al vital líquido, sino que llegue a todos”.

Cadena de injusticias

El también responsable de la Comisión para la Pastoral Social de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) asegura que son varias las injusticias que se cometen en cuanto al derecho que todo ser humano tiene al agua, una de ellas es que ésta se utiliza en enormes cantidades para las empresas, y no se da prioridad a las familias.

Otra injusticia –abunda– es usar el agua para la técnica del fracking porque, mediante inyección de agua, millones de litros se desperdician, además de que luego se contamina el agua que está en el subsuelo ”.

A ello se suma la “injusta distribución” del vital líquido, especialmente en las grandes ciudades, en las periferias, ya que “muchas veces no se tiene la adecuada distribución, y en algunos lugares la gente tiene acceso al agua, “pero sumamente contaminada”.

Si bien en el estado de Yucatán hay mucha agua en el subsuelo –dice– el gran problema es la contaminación, “porque faltan equipos adecuados en las familias para purificarla”.

En busca de solución

Desde hace dos años, la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Yucatán ha organizado foros sobre el tema del cuidado del agua, a los cuales se convocan académicos y estudiosos, y en el mes de octubre, el Congreso Eucarístico Nacional –del cual esta Iglesia particular será anfitriona– “el cuidado del agua se ha propuesto como la obra de caridad que brote del mismo”.

Una Iglesia ecológica

El papa Francisco no ha sido el único pontífice preocupado por este tema. Hacia 1965 –recuerda Rodríguez Vega– san Pablo VI explicó en su encíclica Populorum Progressio que la falta de agua potable es una causa determinante del subdesarrollo y la pobreza; asimismo, en 2003 san Juan Pablo II habló del derecho al agua potable, que se basa en la dignidad humana y, por lo tanto, es de un valor universal inalienable; en 2004 también afirmó que “el principio del destino universal de los bienes naturalmente se aplica también al agua, considerada en la Sagrada Escritura como signo de purificación”.

Llamado a la conversión ecológica

“El papa Francisco, en su encíclica ‘Laudato si’’, del año 2015, nos ha dicho muchas cosas sobre el cuidado de la Casa Común, y respecto al agua, ha lanzado un llamado a la conversión ecológica, un llamado al cambio de mentalidad para que el agua pueda llegar a todos y pueda ser purificada adecuadamente para convertirla en potable; eso supone conversión ecológica de las autoridades, de las empresas, de las familias y de los individuos”, dijo.

El Arzobispo de Yucatán explicó que para el papa Francisco “no hay dos crisis separadas: una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental; es decir, que no se puede atacar por separado. ¿Cuántas veces esa crisis es causa de migraciones y otro tipo de problemas sociales?”.

“El agua potable y limpia representa una cuestión de primera importancia porque es indispensable para la vida humana y para sustentar los ecosistemas terrestres y acuáticos. Mientras se deteriora el agua, en algunos lugares avanza la tendencia a privatizar este recurso, lo cual atenta contra el derecho universal de acceso al agua”, añadió.

Finalmente, el arzobispo Gustavo Rodríguez recordó a los fieles católicos que estamos en tiempos de Cuaresma, un tiempo de conversión, “y el Papa nos invita también a una conversión ecológica”.

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