El Papa clama en el centenario de la Primera Guerra Mundial: “¡Invirtamos en la paz!”

  • Durante el ángelus en San Pedro, Francisco llamó a los líderes internacionales a buscar “todos los medios legítimos para poner fin a los conflictos que aún sangran en varias regiones del mundo”
  • El Santo Padre pidió un aplauso para los dieciséis nuevos beatos mártires españoles, que presentó como “testigos valientes”

EPA6477. VATICANO (VATICANO), 29/06/2018.- El papa Francisco oficia el rezo del Angelus en la Plaza de San Pedro en el Vaticano hoy, 29 de julio de 2018. EFE/ Giuseppe Lami

Hoy se cumple el centenario del fin de la Primera Guerra Mundial, una efemérides que no ha pasado desapercibida por el Papa. Así, durante el rezo del ángelus, Francisco ha recordado que este aniversario es “una advertencia severa para que todos rechacen la cultura de guerra y busquen todos los medios legítimos para poner fin a los conflictos que aún sangran en varias regiones del mundo”.

Bergoglio pidió a los fieles presentes en la plaza de San Pedro que se unieran a su oración “por todas las víctimas de esa terrible tragedia, digamos con fuerza: ¡Invirtamos en la paz, no en la guerra!”. Junto a este grito, Francisco anunció el repicar de campanas en todo el planeta como signo de duelo ante la que Benedicto XV definió como “masacre inútil”.“Parece que no aprendemos”, lamentó. 

Por los nuevos beatos

Además, Francisco también llamó a toda la Iglesia a volcarse con la Jornada Mundial de los Pobres que se celebra el próximo domingo. Además, tuvo presentes a los dieciséis mártires españoles que fueron beatificados ayer en la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona a quienes definió como “valientes testigos”“Un aplauso para ellos”, pidió el Papa

Por otro lado, y como es habitual, el Papa glosó el Evangelio del día en el que se presenta la figura del escriba reflejo de las personas “importantes, ricas e influyentes” y la viuda “pobre y generosa”. El Papa alzó la voz contra aquellos que “usan a Dios para acreditarse como los defensores de su ley”.

La humildad como modelo de vida

“Jesús desenmascara este mecanismo perverso”, apuntó el Papa sobre este pasaje bíblico: “Denuncia la opresión de los débiles hecha instrumentalmente sobre la base de motivaciones religiosas, diciendo claramente que Dios está del lado de la última”.

Frente a ello, presentó como “modelo de vida cristiana para ser imitada” a esa mujer que da todo lo que tiene, esas dos monedas, como donativo al templo. “Jesús no mide la cantidad sino la calidad, busca en el corazón y mira la pureza de las intenciones”, recordó el Papa, que señaló cómo “esto significa que nuestra ‘entrega’ a Dios en la oración y a los demás en el amor siempre debe alejarse del ritualismo y el formalismo, así como de la lógica del cálculo, y ser una expresión de gratuidad”.

Es más, Francisco aconsejó a cuantos se reunían en la Plaza de San Pedro que, “cuando somos tentados por el deseo de aparecer y dar cuenta de nuestros gestos de altruismo, cuando nos pavoneamos, cuando estamos demasiado interesados ​​en la mirada de los demás, pensamos en esta mujer”.  “Nos ayudará a deshacernos de lo superfluo para ir a lo que realmente importa, y seguir siendo humildes”, completó.

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