El Supremo confirma la obligación de ofertar Religión en Bachillerato en Baleares

niños entrando en un colegio

El Tribunal Supremo confirma la obligación de la Consejería de Educación de Baleares de ofertar la asignatura de Religión en primero y segundo de Bachillerato. La Sala de lo Contencioso Administrativo ha inadmitido a trámite el recurso de la Abogacía del Govern contra la sentencia del TSJ de Balears que, dando la razón al Obispado de Mallorca, determinaba que la Conselleria debía modificar el currículum de Bachillerato para que pudiera ofertarse la asignatura de Religión en los dos cursos, y no únicamente en el primero, como venía ocurriendo hasta ahora.

En su auto de 11 de octubre, contra el que ya no cabe ningún recurso, el alto tribunal señala que la LOE obliga a incluir la materia también en segundo curso entre las asignaturas objeto de elección y que, habiéndose pronunciado ya en ocasiones previas, el recurso de la Administración carece de interés casacional, inadmitiéndolo a trámite, con lo que queda plenamente confirmada la sentencia del TSJ del pasado 31 de enero.

El Obispado ha mostrado su satisfacción por esta resolución que “garantiza el derecho fundamental de las familias a que los alumnos puedan recibir una formación religiosa y moral de conformidad con sus convicciones también en la escuela pública”. Asimismo, mantiene que “espera que, en el futuro, no sea necesario acudir a los tribunales de justicia para que sean reconocidos esos derechos”, dice la diócesis a través de un comunicado.

El obispo de Plasencia establece un protocolo antiabusos

El Obispado de Plasencia ha hecho público el protocolo sobre prevención y actuación frente a abusos sexuales a menores. En él se marcan de una manera “sencilla y clara” las directrices a seguir en la Iglesia placentina para la “la prevención, detección, denuncia y actuación ante este tipo específico de maltrato infantil”. Unas indicaciones dirigidas especialmente a los sacerdotes pero también a todas aquellas personas que realizan una labor pastoral directa con niños y adolescentes, como catequistas, formadores, profesores o monitores de campamentos, entre otros, explica la diócesis.

El documento señala que la política de prevención comienza con la “selección de personal”. En este sentido, además de las oportunas entrevistas previas, se exige que todas las personas que entren en contacto con menores deberán presentar el certificado de delitos sexuales. Además, los sacerdotes, personal contratado y voluntarios firmarán un documento expreso donde señalan su repulsa a todo abuso contra menores y que si cometen cualquier acto de este tipo “lo hacen engañando y traicionando la voluntad de la Iglesia, siendo responsables de los mismos única y exclusivamente quien los realiza”. La firma también conlleva participar en cursos de prevención y denuncia de estas prácticas.

El documento señala también el protocolo de actuación en caso de revelarse un caso de abuso a menores, en los que la denuncia es la única vía de opción, aún sin tener “la certeza” de que el menor esté siendo víctima de violaciones. Ante cualquier sospecha o revelación de abuso, será obligatorio informar a la Vicaría General. Será el obispado quien notifique a los servicios especializados la información y al Ministerio Fiscal.

Santiago Silva: “No tengo nada que ocultar”

El presidente de la Conferencia Episcopal Chilena, Santiago Silva Retamales, declaró ayer, 29 de octubre, durante cinco horas ante la Fiscalía de Rancagua. En calidad de imputado, el obispo castrense se sentó en el banquillo por un eventual encubrimiento de delitos sexuales en el seno de la Iglesia, como informa La Tercera.

Silva ofreció su testimonio en el marco de la investigación al ex capellán de la Fach, Pedro Quiroz. Acompañado de su abogado, Luis Arévalo, el prelado llegó a la fiscalía cerca de las 11:00 horas. A su ingreso aseguró a los periodistas presentes que no tiene “nada que ocultar” y añadió: “Vengo a aportar todo lo que se requiere para poder hacer verdad en esta situación de la Iglesia, que tanto nos acompleja y que tanto mal hace”.

Pasadas las 17:00 horas, el presidente del Episcopado se retiró del edificio, indicando que “la mayoría de los obispos, de hecho todos los obispos, deberíamos estar en esto de dar toda la información que se requiere para poder sacar a la luz los delitos, porque dentro de la Iglesia no hay lugar para los abusadores”. Además, se refirió a las víctimas, apelando a que “tengan esperanza, que tengan confianza, que nosotros vamos a estar trabajando en esto”. 

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