Francisco a las autoridades de Polonia: “Doy gracias a Dios porque habéis sabido hacer prevalecer vuestra memoria”

papa Francisco en el avión que le lleva de Roma a Cracovia Polonia JMJ 2016 26 julio

En su primer acto en la JMJ de Cracovia, el Papa conmemora a san Juan Pablo II

papa Francisco discurso en el Castillo de Wawel Polonia Cracovia a las autoridades, sociedad civil y cuerpo diplomático 27 julio 2016

Un momento del discurso del papa Francisco a las autoridades civiles

MARÍA PÉREZ / M. GÓMEZ | Cada vez que el papa Francisco viaja a un nuevo país, su primer acto oficial es una reunión con las autoridades locales. La Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia no iba a ser menos: nada más bajar del avión, Jorge Mario Bergoglio se ha dirigido al castillo de Wawel, donde ha hablado a las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático de Polonia para felicitarles por su “cooperación fructífera en el ámbito internacional y su respeto de la identidad propia y de los demás”. Antes, durante el vuelo que le traía desde Roma, Francisco ha asegurado que el mundo “está en guerra”.

“Es la primera vez que visito la Europa centro-oriental y me alegra comenzar por Polonia, que ha tenido entre sus hijos al inolvidable san Juan Pablo II, creador y promotor de las Jornadas Mundiales de la Juventud”. Estas han sido las primeras palabras de Francisco al presidente de Polonia, Andrzej Duda, a los miembros del Gobierno y del Parlamento, los rectores universitarios, las autoridades regionales y municipales, así como a los miembros del cuerpo diplomático y demás autoridades presentes en el primer acto oficial del Papa en el país.

“El pueblo polaco se caracteriza por la memoria”, ha afirmado Francisco. “Siempre me ha impresionado el agudo sentido de la historia del papa Juan Pablo II: cuando hablaba de los pueblos, partía de su historia para resaltar sus tesoros de humanidad y espiritualidad. La conciencia de identidad, libre de complejos de superioridad, es esencial para organizar una comunidad nacional basada en su patrimonio humano, social, político, económico y religioso (…). No puede haber diálogo si cada uno no parte de su propia identidad”.

La larga travesía del país

El Papa ha tenido palabras para alabar la historia de Polonia, un país forjado en los albores del primer milenio con la conversión al cristianismo del duque Miecislao I en el 966, y que sufrió muy duramente las Guerras Mundiales y la ocupación nazi. “Al mirar vuestra historia reciente, doy gracias a Dios porque habéis sabido hacer prevalecer la memoria buena: por ejemplo, celebrando los 50 años del perdón ofrecido y recibido recíprocamente entre el episcopado polaco y el alemán tras la Segunda Guerra Mundial”. También ha querido recordar la Declaración conjunta entre la Iglesia Católica en Polonia y la ortodoxa de Moscú: “un gesto que dio inicio a un proceso de acercamiento y hermandad, no solo entre las dos Iglesias, sino también entre los dos pueblos”.

“La noble nación polaca muestra así cómo se puede hacer crecer la memoria buena y dejar de lado la mala. El ser conscientes del camino recorrido, y la alegría por las metas logradas, dan fuerza y serenidad para afrontar los retos del momento, que requieren el valor de la verdad y un constante compromiso ético, para que los procesos decisionales y operativos, así como las relaciones humanas, sean siempre respetuosos de la dignidad de la persona”.

papa Francisco llega a Polonia JMJ Cracovia 27 julio 2016

Primer trayecto en papamóvil de Francisco por tierras polacas

La emigración en Polonia

¿Cómo gestionar el complejo fenómeno de la emigración en Polonia? Esta es una de las cuestiones que el Papa ha planteado a las autoridades polacas, a las que ha pedido “un suplemento de sabiduría y misericordia para superar los temores y hacer el mayor bien posible”.

Por ello, Francisco les ha dado varias claves para abordar este fenómeno: “Se han de identificar las causas de la emigración en Polonia, dando facilidades a los que desean regresar. Al mismo tiempo, hace falta disponibilidad para acoger a los que huyen de las guerras y del hambre; solidaridad con los que están privados de sus derechos fundamentales, incluido el de profesar libremente y con seguridad la propia fe. También se deben solicitar colaboraciones y sinergias internacionales para encontrar soluciones a los conflictos y las guerras, que obligan a muchas personas a abandonar sus hogares y su patria. Se trata, pues, de hacer todo lo posible por aliviar sus sufrimientos, sin cansarse de trabajar con inteligencia y continuidad por la justicia y la paz, dando testimonio con los hechos de los valores humanos y cristianos”.

Una mirada esperanzadora

Jorge Mario Bergoglio no ha querido finalizar su discurso sin invitar a las autoridades a “mirar con esperanza hacia el futuro y a las cuestiones que ha de afrontar”. Y a poner en marcha unas políticas sociales en favor de la familia, “el primer y fundamental núcleo de la sociedad, para apoyar a las más débiles y las más pobres, y ayudarlas en la acogida responsable de la vida”.

“La vida siempre ha de ser acogida y protegida —ha concluido el Papa en su primer acto oficial en Polonia— desde la concepción hasta la muerte natural, y todos estamos llamados a respetarla y cuidarla. Por otro lado, es responsabilidad del Estado, de la Iglesia y de la sociedad acompañar y ayudar concretamente quien quiera que se encuentre en situación de grave dificultad, para que nunca sienta a un hijo como una carga, sino como un don, y no se abandone a las personas más vulnerables y más pobres”.

Encuentro privado con los obispos polacos

A continuación, Francisco ha mantenido una audiencia privada con el presidente Duda en el interior del Castillo. Y después, se ha dirigido unos metros más allá, en el mismo complejo de Wawel, a la imponente Catedral Basílica de San Wensceslao y San Estanislao, donde le esperaban los 130 obispos miembros de la Conferencia Episcopal Polaca, que le recibieron con un aplauso. Durante un rápido paseo por el interior del templo, el Papa ha podido rezar ante el mausoleo de san Estanislao, patrón de Polonia, y también ante una reliquia de san Juan Pablo II.

Tras los saludos del cardenal arzobispo de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, y del presidente del Episcopado, Stanislaw Gadecki, han mantenido un encuentro privado. En una rueda de prensa posterior, Gadecki y Wojciech Polak, Primado de Polonia, explicaron que se habló de la secularización de Europa, la vida en las parroquias y los nuevos movimientos, la acogida a los refugiados y la relación entre los jóvenes y los ancianos.

“Estamos en guerra, pero no una guerra de religiones”

papa Francisco en el avión que le lleva de Roma a Cracovia Polonia JMJ 2016 26 julio

El Papa hoy en el avión rumbo a Cracovia

Durante el avión que le ha traído desde Roma hasta Cracovia, el Papa ha mantenido su habitual conversación con los periodistas que le acompañan. Con respecto al ataque perpetrado ayer en Normandía y que costó la vida al sacerdote Jaques Hamel, Francisco ha declarado que “el mundo está en guerra”, pero “no guerra de religiones”, sino “una guerra de intereses, por los recursos naturales, guerra por el dominio de los pueblos. Alguno puede pensar que estoy hablando de guerra de religiones. No. Todas las religiones queremos la paz. La guerra la quieren otros. ¿Entendido?”.

Refiriéndose de nuevo al sacerdote degollado en Normandía, el Papa lamentó que fuera asesinado “justo en el momento en el que ofrecía la oración para toda la Iglesia”. Y advirtió: “Pero, ¿cuántos cristianos, cuántos incocentes, cuántos niños? Pensemos en Nigeria”. E insistió: “No tengamos miedo de decir la verdad: el mundo está en guerra porque ha perdido la paz”.

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