Le exigen responsabilidad, en línea con el camino de paz liderado por la Diócesis de Bilbao
Otegi, el 21 de mayo en un acto organizado por Bildu
RUBÉN CRUZ | La Diócesis de Bilbao está intentando sentar las bases del camino por la paz en el País Vasco. El pasado 13 de febrero convocaron el Encuentro por la Paz en Santa María de Guernica. Las reflexiones de este acto han dado pie al documento Por la paz y la reconciliación, elaborado por la Comisión de Paz y Reconciliación del obispado, que vio la luz el 15 de mayo. En el texto, en el que se expone “nuestro parecer y nuestro compromiso actual para la paz y la reconciliación”, se incluyen una serie de propuestas, entre las que destaca el “fomentar en quienes han ejercido la violencia la autocrítica, el reconocimiento y la reparación en lo posible del daño causado”.
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“Todo el mundo tiene que hacer autocrítica sobre dónde se ha situado en este proceso”, explica a Vida Nueva Mari Carmen Hernández, viuda de Jesús Mari Pedrosa, concejal del PP en Durango, al que ETA le robó la vida el 4 de junio de 2000. Ella es, sin duda, referente en el proceso de sanación de quienes quieren una sociedad vasca reconciliada, puesto que ha escuchado a exetarras y ha aceptado su perdón.
Tras leer el documento diocesano, es inevitable acordarse de Arnaldo Otegi, en tanto que pretende liderar un nuevo proceso político sin haber hecho autocrítica. Un exmiembro de la banda armada, que transita por el camino de la reconciliación, ha sido tajante al ser preguntado por esta revista sobre la exposición pública del secretario general de Sortu: “Él tiene que hacer más autocrítica que nadie, porque tiene más notoriedad pública y, por tanto, más responsabilidad. Pero a la hora de hacer autocrítica, no hay que hablar en singular: Otegi y su círculo deben dar pasos más estrictos por el reconocimiento de las víctimas”.
Condenar la violencia
El antiguo miembro de la banda, ya arrepentido y que prefiere mantener el anonimato, hace hincapié en que la sobreexposición de Otegi en las últimas semanas, con su visita al Parlamento Europeo y el recibimiento con honores en el Parlamento catalán, “no generan miedo en la sociedad vasca, pero sí preocupa que en diversos sectores pueda calar su discurso sin haber hecho autocrítica”. En este sentido, Hernández tampoco considera que su vuelta a la política genere miedo, pero “sí aumenta su ego el hecho de que algunos políticos catalanes lo sitúen como referente, cuando es una persona que no debería tener responsabilidad política”.
El exportavoz de la ilegalizada Batasuna pidió perdón en un libro publicado en 2012, mientras cumplía condena: “Si he añadido dolor, lo siento de corazón”. Aunque Hernández dice que no le parece suficiente, ella no espera que condene la violencia, porque, “si no la condenaba antes, no lo va a hacer ahora, pero sí que reconociera el daño hecho y que matar estuvo mal”. Y es que “debería haber salido de prisión con otro mensaje”, sentencia.
Cuatro acciones por la paz para otoño
El documento Por la paz y la reconciliación se va a traducir en cuatro acciones que ha planteado la Comisión de Paz y Reconciliación de la Diócesis de Bilbao, y que se instaurarán en septiembre, según ha podido saber este semanario. En primer lugar, trabajar en los testimonios de víctimas. Segundo, concretar los grupos de escucha en las parroquias. Estos grupos se dividen en cinco momentos: ¿cuándo has sentido paz o alegría?, ¿desesperanza?, ¿qué autocrítica haces?, ¿vives ahora con esperanza?, ¿cuáles son los siguientes pasos a dar? En tercer lugar, la comisión pretende hacer un mapa de víctimas para que la sociedad conozca qué ha pasado en su pueblo. Y, por último, promover una vigilia de oración y retiros.
En el nº 2.990 de Vida Nueva
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