Escándalos con causas

Ciertamente nos escandaliza, y se nos concede razón, el asesinato de tantos niños en los últimos meses en el país. Calificativos de uno y otro tenor brotan por aquí y por allá: que hemos tocado fondo, que este es un país de degenerados, de cafres, y tantos otros que ustedes también conocen o pueden llegar a formular o pensar. Y son muchas las causas de todo esto. Quiero señalar una de tantas que me preocupa en los últimos días.

No nos escandaliza el deterioro de criterios y de sentido moral que se está propiciando desde los medios de comunicación en el país. Enlatados de todos los orígenes que exaltan la violencia y el crimen, que nos ponen a disfrutar con el asesinato del malo o del bueno y a mirar y escuchar con complacencia acerca de violaciones, infidelidades, explotación de los pobres, mentiras, chanchullos, robos, invasiones de pueblos, bombardeos, explosiones con edificios, casas y personas en átomos volando. Todo esto sigue sucediendo y nadie dice ni hace nada. Las comisiones de ética de los medios ¿Dónde andan?

La globalización mal entendida nos lleva a creer que lo que ha sido o es normal para otras culturas dominantes tiene que serlo también para la nuestra. Los valores del Evangelio y el sentido moral propio de la fe cristiana se diluyen ante el poder de los grupos económicos dueños de los grandes medios, proclives a todo lo que facilite la ganancia y el rating.

Entonces, con dolor tenemos que volver la mirada a lo esencial, a la necesidad de recuperar el valor de la vida y de la inocencia de nuestros niños y niñas, a recuperar la advertencia de Jesús, el de Nazaret de Galilea: “dejen que los niños se acerquen a mí”. Una conversión a Él y a su causa urge en estos tiempos de tanta vida infantil destrozada, clamando al cielo.

Ignacio Madera, SDS

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