A la política por la fe

Fernando Redondo, Àngel Ros, Carlos Salvador, Ángel Pintado y Javier Madrazo, políticos españoles cristianos

Políticos cristianos españoles de varios partidos hablan a ‘Vida Nueva’ de su doble vocación

políticos españoles en sesión en el Congreso de los Diputados

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | “¡Pido a Dios que crezca el número de políticos capaces de entrar en un auténtico diálogo que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas de los males de nuestro mundo! La política, tan denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común”. Con esta fuerza, el papa Francisco invita, en la exhortación apostólica Evangelii gaudium, al compromiso del ciudadano por la construcción de una sociedad más justa y fraterna.

Según Bergoglio, dos son las virtudes esenciales que debe poseer un representante público: “No se puede gobernar al pueblo sin amor y sin humildad. Y cada hombre, cada mujer que tiene que tomar posesión de un servicio público, debe hacerse estas dos preguntas: ‘¿Amo a mi pueblo para servirle mejor? ¿Soy humilde y oigo lo que dicen todos los otros, las diferentes opiniones para elegir el mejor camino?’. Si no se hace estas preguntas, su gobierno no va a ser bueno”.

Una vez conocida la teoría, ¿cómo se vive en la práctica? ¿Qué une a los políticos católicos, aun perteneciendo a diferentes formaciones? ¿Fue la fe la que los llevó a la política? ¿Cómo aúnan esa doble vocación, la religiosa y la ideológica, los políticos españoles? ¿Tienen problemas por ello?

Con el fin de ahondar en este campo, Vida Nueva ha hablado con un significativo puñado de ellos, desde las diferentes ópticas y militancias. Son personas concretas, historias particulares.

Fernando Redondo, Àngel Ros, Carlos Salvador, Ángel Pintado y Javier Madrazo, políticos españoles cristianos

Fernando Redondo, Àngel Ros, Carlos Salvador, Ángel Pintado y Javier Madrazo

Javier Madrazo, máximo representante de Ezker Batua-Berdeak (Izquierda Unida-Verdes) hasta 2010, fue consejero de Vivienda y Asuntos Sociales del Gobierno vasco en las dos legislaturas del peneuvista Juan José Ibarretxe (2001-2009).

“En mi caso, la obrera y la cristiana no es una vocación dualista, paralela la una de la otra, sino que los dos compromisos forman parte integral de una misma vocación. Siempre me he guiado por criterios a la luz del Evangelio –asegura–. De hecho, no entiendo la fe sin un compromiso político, en el sentido amplio, porque la acción social abarca muchos ámbitos, no solamente el estrictamente político”.

Àngel Ros, alcalde socialista de Lleida desde 2004, ha tenido choques con algunos compañeros de su partido en clave de fe, por apoyar que la Religión forme parte del currículum escolar o, en su ayuntamiento, que las instituciones eclesiales dedicadas a la acción social no paguen el IBI por sus inmuebles.

Para Ros, que entiende que “la fe te aporta una mayor responsabilidad a la hora de tratar de facilitar la vida de la gente”, lo esencial en política para un creyente es “el amor por el prójimo”. Y no renunciar a su condición: “Si todo el mundo está llamado a tener un compromiso con la sociedad, aún más un cristiano. Sin ese compromiso social, la fe es seca, vacía. Y eso se transmite, en primer lugar, con el ejemplo personal; no contagian los discursos, sino los testigos”.

Fernando Redondo es compañero de formación de Ros, como secretario del grupo federal de Cristianos Socialistas, y está muy implicado en el trabajo con instituciones católicas, como las Obras Misionales Pontificias (OMP).

“Soy testigo y doy testimonio de Jesucristo. Soy cristiano y mi compromiso diario se hace palpable desde un seguimiento del Evangelio. Esto se reflejan en mi acción, en mi cercanía y opción preferencial por los pobres, en mi situación personal en los márgenes y en las fronteras. Mi acción política no es otra que buscar cambiar las situaciones injustas, y ahí solo encuentro como motor e impulso esencial ese compromiso desde la fe”, asegura.

En la figurada bancada de en frente, Carlos Salvador, diputado en el Congreso por Unión del Pueblo Navarro (UPN), reivindica el valor del “humanismo cristiano, uno de los pilares de mi partido”.

Salvador está convencido de que “la actividad política debe estar basada en el servicio”, y cree que ese ha de ser el referente para un creyente: “Los cristianos tenemos que vivir así nuestro compromiso con los demás. No podemos ver la política como una actividad indigna, al contrario. No hay otra actividad que sea más necesaria o que, cuando se ejerce con pasión y acierto, aporte más felicidad a la comunidad”.

En las filas del PP, una de las voces a tener en cuenta es la del senador Ángel Pintado, presidente además de Acción Mundial de Parlamentarios y Gobernantes por la Vida y la Familia. En su caso, la defensa de la vida marca en gran parte su compromiso político: “Si no fuera cristiano, igualmente defendería la vida del no nacido. Lógicamente, mi vida de fe me transmite la fortaleza y convicción necesarias ante los obstáculos que se puedan presentar”.

A la política por la fe [íntegro solo para suscriptores]

En el nº 2.881 de Vida Nueva.

 

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