Egipto esboza su democracia en un clima de guerra

La minoría cristiana denuncia la situación de violencia generalizada

militares durante las elecciones en Egipto

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Diez meses después de que cayera el régimen militar de Hosni Mubarak, el símbolo del movimiento pacífico por la democracia, la Plaza de Tahrir, en el Cairo, ha vuelto a ser tomado por miles de egipcios que temen que el Ejército se quiera perpetuar en el poder a través del Gobierno provisional del mariscal Mohamed Husein Tantaui.

Lo cierto es que, por primera vez desde hace casi 60 años, el pasado lunes 28 hubo elecciones teóricamente libres. Teóricamente, porque se produjeron en medio de la represión militar de las protestas que volvieron a llenar la Plaza de Tahrir, y que, en los días previos, dejaron 42 muertos y cientos de heridos.

Fuentes cercanas a las que ha tenido acceso Vida Nueva describen la situación como muy grave, culpando de la misma al Consejo Militar que hace las veces de Gobierno provisional: “Actúa más brutalmente que Mubarak, miente a los ciudadanos y, aunque es como un fantasma que nunca aparece, es de tendencia islamista. Hay delincuencia y atracos por todos los lados. Y todos creen que los matones son los propios policías…”.

Los cristianos, entre el miedo y la esperanza

La situación de violencia generalizada es denunciada desde hace meses por la minoría cristiana copta, muy activa en las protestas y que ya sufrió semanas atrás la matanza de 27 de sus miembros, presuntamente a manos del Ejército.

El nuncio en Egipto, Michael Fitzgerald, en declaraciones a la agencia misionera MISNA, pidió antes de las elecciones que se vigilara por “su buen desarrollo”, ya que, “sin el voto democrático, la voz del pueblo no es escuchada”. Por ello, llamó a las autoridades a que acabaran con “la represión y la violencia cometidas por los militares, en particular entre los jóvenes, tanto musulmanes como cristianos”.

El temor a una creciente islamización del país podría llevar a los cristianos a apoyar de un modo homogéneo a un único partido entre los muchos que se presentan para que defienda sus derechos. Aunque no se afirma públicamente, el bloque liberal podría concentrar los votos de una comunidad que representa el 10% de la población.

En el nº 2.779 de Vida Nueva. Artículo completo para suscriptores

Compartir