La violencia anticristiana regresa a Egipto

Más de 30 fallecidos y 300 heridos en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad

Centenares de personas en el funeral, el lunes 10, por los asesinados en El Cairo

MARÍA GÓMEZ | El pasado 9 de octubre, las calles de El Cairo fueron escenario del episodio más violento y triste desde hacía meses: según el último balance oficial, al menos 36 personas (la mayoría, cristianos coptos) fallecieron y más de 300 resultaron heridas tras disturbios con las fuerzas del orden.

La capital egipcia ha recuperado una calma tensa, pero, lejos de que la situación se haya resuelto, lo que es seguro que es que la imagen de musulmanes y cristianos juntos en la Plaza Tahrir a comienzos de año y el grito de “Un solo pueblo” que caracterizó la primavera árabe se diluyen.

A pesar de la caída del presidente Hosni Mubarak en febrero, la minoría copta no ha dejado de sentirse discriminada. El domingo 9, miles de cristianos se manifestaban ante la sede de la televisión estatal, reclamando la dimisión de Hussein Tantaoui (que preside la junta militar que gobierna actualmente el país) y del gobernador de la provincia de Asuán, Mustafa As-Sayyed, por considerarlo responsable del incendio de una iglesia cristiana a finales de septiembre, llevado a cabo por extremistas islámicos. Grupos de musulmanes se unieron a los manifestantes para reclamar la tutela del Estado para los lugares de culto cristiano y la paridad de derechos para todos los ciudadanos.

Según testigos, la protesta se estaba produciendo de manera pacífica hasta que unos vándalos comenzaron a lanzar piedras, provocando una respuesta similar. La Policía y el Ejército intervinieron con violencia. Las 17 primeras autopsias han revelado que siete personas fueron tiroteadas y 10 murieron aplastadas por los vehículos blindados de las fuerzas de seguridad.

Las reacciones de condena se repitieron en seguida por todo el planeta, como la del secretario de la ONU, Ban Ki-moon, o la de Catherine Ashton, alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, quien recordó que la libertad religiosa es “absolutamente fundamental”.

Un Benedicto XVI “profundamente apenado” se unía, el miércoles 12, al dolor de las familias de las víctimas y de todo el pueblo egipcio, “lacerado por los intentos de socavar la coexistencia pacífica entre sus comunidades, que, en cambio, es esencial salvaguardar, sobre todo en este momento de transición”.

Una paz muy buscada

“Es desolador, triste y angustioso este hecho, y nos unimos a la Iglesia copta ortodoxa, a todos nuestros hermanos, a sus familias, a las víctimas de esta violencia sin sentido. Quisiéramos que la sombra que esta violencia sobre los coptos ortodoxos arroja sobre la vida del país, sobre las minorías religiosas, no traiga también un clima de precariedad, de dificultad para toda la comunidad copta católica”, ha deseado el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.

Después de reunirse el lunes 10 con sus colaboradores para rezar por las víctimas y por la falta de libertad religiosa en el país, Sandri hizo un llamamiento a las Iglesias cristianas y a la comunidad internacional “para que apoyen los esfuerzos que van en la dirección de la construcción de un país en el que se respeten los derechos humanos”. El cardenal espera que la primavera árabe “sea realmente el anticipo de una paz buscada por todos, por la democracia, por el diálogo, por el entendimiento”.

Preocupa el proceso de transición

El Consejo de Iglesias de Oriente Medio y el Consejo de patriarcas y obispos católicos de Egipto han coincidido en sus llamamientos, al reclamar a las autoridades que asuman su responsabilidad en la resolución del conflicto y la vuelta a la paz, y que aseguren la igualdad de los ciudadanos.

Por su parte, el Sínodo de la Iglesia copta ortodoxa, que preside el papa Shenouda III, decretó tres días de luto. Los cristianos representan cerca del 10% de los más de 80 millones de habitantes de Egipto, y de ellos, el 90% son coptos ortodoxos.

La proximidad de las elecciones legislativas previstas para el 28 de noviembre ha contribuido a caldear el ambiente y ahora preocupan las repercusiones que el suceso del día 9 pueda tener en la transición que administra la junta militar. Las legislativas son el primer paso de un proceso que debería conducir a la creación, en 2012, de una Asamblea Constituyente y a la redacción de una nueva Carta Magna para el país.

Según la Unión Egipcia de los Derechos Humanos, unos 100.000 coptos han abandonado Egipto desde marzo de 2011, temiendo por su seguridad ante el auge de salafistas y otros integristas musulmanes.

En el nº 2.772 de Vida Nueva.

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