Diego Vargas y la espiritualidad

Espiritualidad, familia, comunicación, derecho y civismo son cinco conceptos que actualmente convergen en la vida de Diego Vargas, un hombre quien después de 20 años de arduo trabajo en la Corporación Casa de la Misericordia, -comunidad de oración y apoyo espiritual- a la que ayudó a extenderse por todo el país y parte de América Latina y Estados Unidos, deja ahora para emprender por sí solo otra causa social y espiritual, esta vez por su única cuenta y riesgo.

Oriundo de Boyacá y séptimo de 10 hermanos, Diego llegó a Bogotá en donde terminó su bachillerato para luego estudiar Comunicación Social y Periodismo en la Universidad Los Libertadores. Su afición por las cosas de Dios las cultivó desde niño, de manera que recién llegado a la ciudad se vinculó a un grupo de fe.  “Participaba en la comunidad Siloé del Minuto de Dios, de la cual nací espiritualmente”.  De allí y por el contacto con un compañero de estudio se vinculó a otro grupo denominado “Cristo te sana” a partir del cual se crearía la comunidad que hoy es la Casa de la Misericordia. Estando allí, fundó su familia, se hizo padre de tres hijos y cursó su segunda carrera en Derecho, de la que está a punto de graduarse en la Universidad La Gran Colombia.
Su nuevo proyecto sintetiza su experiencia y estudio tanto espiritual como profesional para ofrecer lo que en sus palabras le hace falta a tanto ser humano que anda por ahí dando tumbos.
“Un autentico proyecto de civismo, derecho y espiritualidad para hoy, cuando se encuentra en peligro de muerte la principal institución del Estado, LA FAMILIA. Una fundación que ayude, asesore, oriente profesionalmente en diferentes áreas a la familia, por ejemplo, muchos jóvenes necesitan apoyo y guía para no caer en vicios o falacias de este mundo, porque sus padres no han estado cerca, o llegan de provincia y no encuentran oportunidades para formarse o desarrollar sus talentos, que muchas veces quedan escondidos y no pueden aportar,  a hogares que están a punto de disolverse  y que requieren de un empujoncito para dirimir sus problemas. En fin, servicio constante para la familia necesitada”.
Desde esa mixtura que ha sido su experiencia se ha convencido y enfocado en una justificación clara y evidente. “En verdad uno no sabe cuánto sufre la gente, son muchas las situaciones que vive cada persona y creo que la respuesta está en Jesús”.
Su nuevo sello terrenal ahora es Divadi Producciones S.A.S.  “Desde donde deseo ayudar con la cultura y formación en dos líneas importantes para mí: La espiritual y la del ancho mundo del derecho (civismo y los derechos que no se conocen por el común de las personas). Creo que una persona o comunidad que tenga una excelente vida espiritual y tenga formación e información, tiene mayor criterio y formas de aportarle a la sociedad, hoy que tanto lo necesita nuestro país”.
Su empresa también, trabajará en asesorías de imagen corporativa, promoción, publicidad e impresos necesarios para la misma causa. VNC

Un libro: El Diario de Santa Faustina Kowaslka
Una película: Molocai, la Isla maldita.
Una persona: Mi madre
Un momento triste: Un accidente de tránsito, cuando niño, casi pierdo a mi madre y perdí a una hermanita.
Un momento feliz: Mi Primera Comunión, el grado de bachiller y el nacimiento de mis hijos.
Un sueño: Ver una nación unida por el Amor de Dios
Un lugar: Australia

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