El ministro tiroteado, S. Bhatti
(M. Gómez) El único ministro cristiano de Pakistán, el católico Shahbaz Bhatti, titular de la cartera para las Minorías Religiosas, fue asesinado a tiros en Islamabad el miércoles 2 de marzo. Al cierre de esta edición, los primeros informes policiales hacían referencia a tres hombres armados con fusiles que habrían atacado al ministro en un mercado de la capital paquistaní. Bhatti se había distinguido por su oposición a la ley antiblasfemia y recibió numerosas amenazas por pedir su reforma, sobre todo desde que salió a la luz, el pasado noviembre, el caso de Asia Bibi.
El asesinato de Bhatti se produce apenas dos meses después de la muerte, por el mismo motivo, del gobernador Salman Taseer, gobernador musulmán de la provincia de Punjab.
En febrero, en el transcurso de las negociaciones entre los líderes políticos para remodelar el Gobierno, el Ministerio para las Minorías Religiosas estuvo a punto de desaparecer para convertirse en un departamento del Ministerio de Asuntos Religiosos. Finalmente, fue confirmado. “Mi nuevo nombramiento seguramente creará resentimientos y protestas en muchos extremistas islámicos. Pero mi lucha continuará, a pesar de las dificultades y amenazas que he recibido”, declaraba entonces Bhatti a la Agencia Fides.
De cara a una moratoria sobre la aplicación de la ley antiblasfemia, circula últimamente una propuesta que es apoyada por la sociedad paquistaní y por intelectuales de otros países: asignar la tarea de registrar las denuncias a funcionarios policiales de rango superior y encargar los procesos directamente a la Corte Suprema (sin pasar por los tribunales de primera instancia, más expuestos a las presiones).
En el nº 2.744 de Vida Nueva.
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