La arquidiócesis boliviana de Sucre celebró sus 400 años

El nuncio, el cardenal 25 obispos y 200 sacerdotes participaron en el acto principal del aniversario

Morales-en-Bicentenario-Paz(Ronald Grebe– La Paz) Durante la principal ceremonia conmemorativa de los 400 años de fundación de la arquidiócesis de Sucre, el cardenal de Bolivia, Julio Terrazas, pidió a los sacerdotes del país que impidan cualquier intento de “arrebatar” la fe del pueblo. En presencia del nuncio apostólico, Giambattista Diquattro, 25 obispos y 200 sacerdotes, el cardenal recordó que vale la pena luchar por mantener un “pueblo despierto” en dirección al proyecto de Dios, enfatizando que la Iglesia católica se mantendrá en pie ante los embates de algunas coyunturas y seguirá propiciando la unidad de los bolivianos.

Nosotros no tenemos miedo cuando nos hablan de 500 años”, sostuvo el también presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), para quien es menester desprenderse del odio, la venganza y de cualquier tipo de violencia entre los 8,5 millones de bolivianos. “Estamos aquí para intercambiar nuestros ideales y mejorar nuestros servicios en bien de nuestro pueblo. Ése es uno de los primeros pasos que daremos”, insistió Terrazas.

Y, refiriéndose a Sucre, pidió “esa responsabilidad que la Iglesia da a los arzobispos de velar por las Iglesias hermanas, de hacer que este mensaje se vaya difundiendo en todas las Iglesias del país, en todos los rincones donde haya un ser humano al que hay que levantar y al que  hay que recordarle que la dignidad no consiste en acumular riqueza de esta tierra, sino llevar a Cristo en el corazón, en la vida, y comprometernos por que la causa del Señor se haga efectiva cada día en cada lugar”. Terrazas, que con profunda admiración calificó estos 400 años como una “herencia tremendamente grande”, pidió a los sacerdotes un sacrificio personal y consecuente para llevar la Palabra a los que sufren.

No faltó la autocrítica en el discurso del cardenal, que recordó que los religiosos fueron llamados a cumplir una misión evangélica y no a incentivar “discursos trillados”. “Dios no quiere aventureros, sino misioneros que practican su enseñanza”, reflexionó. Y añadió: “Hay que ser discípulo del único Maestro, no de aquél que viene a echar discursos fugaces”.

El nuncio, por su parte, tras dar a conocer una adhesión del Papa a las celebraciones, abogó por fortalecer el diálogo “con laicos, religiosos y no religiosos, con los nuevos movimientos eclesiales y las nuevas comunidades de la Iglesia”, ahora que el país atraviesa “momentos muy fuertes y de particular importancia que fortalecen a la Iglesia de Bolivia”.

Durante el acto, el arzobispo de Sucre, Jesús Pérez, recordó que los 400 años de elevación de la Iglesia de La Plata o Sucre al rango de metropolitana fue gracias a la bula Onerosa Pastorales Office Cura, expedida por Pablo V en 1609, con la que La Plata se convirtió en arquidiócesis, separándose de Lima. Este arzobispado abarcó hasta 1866 parte de Argentina, Paraguay, Uruguay y toda Bolivia. Hoy cuenta con dos obispados sufragáneos, Potosí y Tarija, y tiene una extensión de 49.975 km2 y una población de 531.522 habitantes.

LA ORACIÓN SEGÚN EVO MORALES

Todo hombre o mujer de fe, de cualquier confesión religiosa, puede reivindicar, con su propia experiencia, el valor y la dignidad de la oración”, afirma una reciente nota de prensa firmada por el secretario general de la CEB. Con ella, Jesús Juárez salía al paso de las declaraciones del presidente Evo Morales, cuando el 16 de julio, en las celebraciones por el bicentenario de La Paz, manifestó que “algunos jerarcas de la Iglesia católica en Latinoamérica usaron la oración como una anestesia que hace dormir al pueblo”.
Ante tales manifestaciones, los prelados bolivianos reivindican el valor de la oración, en la que encuentran “la fuerza para comprometernos en los cambios necesarios” para que “nuestros anhelos y búsquedas de una sociedad más justa y digna” se hagan realidad. Una visión de fe la suya que “está lejos de ideologías superadas que ven en la religión una amenaza a sus propios proyectos de poder”. Porque la oración, en contra de la opinión del mandatario, “facilita un proceso de liberación interior” y “aporta a soluciones constructivas y duraderas para la convivencia social por el camino de la no violencia”. Así, los obispos apelan a la memoria de los mártires como “semilla para la construcción de la justicia y la paz” y animan a todos los bolivianos a “asumir responsablemente la historia, con sus luces y sombras” y a “aprender de nuestros propios errores, fortalecernos en nuestras virtudes y aciertos, mirando el futuro con confianza, más allá de los anclajes de amargura y resentimiento”.

rgrebe@vidanueva.es

En el nº 2.670 de Vida Nueva.

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