(Maite López Martínez) Cuando queremos a alguien, deseamos estar presente en su vida de modo permanente. Esto incluye sorprender a esa persona en momentos especiales de su vida con regalos significativos, algo que se va convirtiendo hoy (pese a vivir en la sociedad de la sobreabundancia y el consumo) en uno de los retos más difíciles. Pocas cosas hay tan especiales como la música y, ciertamente, será una minoría (privilegiada) la que cuente con una canción compuesta o dedicada para él o ella. Para eso hay que ser amigo, conocido o pariente de un artista, músico o cantautor. Ahora, gracias a un dúo llamado Awalma (www.awalma.es), es posible romper esa barrera del no saber o no poder componer una canción a un ser querido.
Rafa Sánchez y Carolina Muñoz se dedican, entre otras cosas, a hacer música desde y para el corazón para otros (ésta es la novedad). Se trata de una expresión generosa y de una forma original de mostrar su compromiso con la vida a través de su voz y su música. Es, literalmente, poner los dones propios al servicio de los demás. Una canción, por simple que parezca, es “algo que perdura, trasciende lo material, va directa al corazón, que dura para siempre y que tiene la capacidad de evocar un momento y hacerlo inolvidable”.
El proceso para que sea algo tan “especial” pasa primero por compartir detalles sobre esa persona: gustos, ilusiones, convicciones, momentos únicos. Lo más delicado y difícil es esa primera fase de creación. Luego está la grabación (en un estudio profesional). El tercer paso (si las circunstancias lo permiten) es ir a cantarla en vivo a su protagonista jugando con el factor sorpresa. Música y músicos para decir lo que a veces tanto cuesta (un “te quiero” o un “eres especial para mí”). Música a la carta, a medida, emotiva y profunda con garantía de calidad y calidez humana.
En el nº 2.668 de Vida Nueva.
