El cardenal belga Danneels presenta su renuncia por edad

(M. Gómez) El pasado 4 de junio, el cardenal arzobispo de Malinas-Bruselas, Godfried Danneels, presentaba su renuncia por motivos de edad, al cumplir los 75 años. Aunque el Papa todavía no la ha aceptado ni ha nombrado a su sucesor, la marcha de Danneels marca un punto de inflexión en el devenir de la Iglesia belga. Nacido en Kanegem, diócesis de Brujas, en 1933, y después de estudiar Filosofía en Lovaina y de doctorarse en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, llegó al arzobispado de Bruselas en enero de 1980, sustituyendo a otra relevante figura de la Iglesia universal, el cardenal Suenens.

Danneels, que también preside el Episcopado belga, fue recibido en audiencia por Benedicto XVI el 6 de junio. Ante la posibilidad de que se demore su reemplazo, como suele ocurrir a la hora de cubrir ciertas sedes episcopales, el cardenal espera que no se tarde “más de dos o tres años”. El 31 de mayo prestaba su último, de momento, servicio episcopal, actuando como enviado especial del Papa en el 75º aniversario de las apariciones de la ‘Vierge des Pauvres’ (Virgen de los Pobres), en el santuario de Banneux.

La Compañía de Jesús publica los decretos de la 35CG

(M. Gómez) La 35ª Congregación General de la Compañía de Jesús, clausurada el pasado 6 de marzo, acaba de publicar sus decretos, fruto de los dos meses de trabajos, en los que participaron 225 jesuitas de todo el mundo. Los seis decretos, recogidos en un documento de 55 páginas, se refieren al carisma de la Compañía, los desafíos de la misión, el voto de obediencia, las estructuras internas de gobierno y la colaboración necesaria para la misión, más un primer decreto titulado ‘Con renovado impulso y fervor’, a modo de introducción. Los jesuitas reiteran su compromiso con el diálogo interreligioso e intercultural, el medio ambiente o la educación, y recuerdan la necesidad de colaborar a múltiples niveles: “La tradición de los jesuitas de tender puentes superando las fronteras es algo crucial para el mundo de hoy. Nosotros sólo podremos llegar a ser puentes en medio de las divisiones de un mundo fragmentado si estamos unidos por el amor de Cristo nuestro Señor”.

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