La superiora de las hermanas de la Caridad pide perdón tras la detención de una trabajadora por vender un bebé

Sister Rose Clare Lee, left, regional superior of the Missionaries of Charity, joins other nuns in exchanging the sign of peace during a Mass of thanksgiving for the canonization of St. Teresa of Kolkata at St. Patrick's Cathedral in New York City Sept. 10. The liturgy was celebrated by Cardinal Timothy M. Dolan of New York. (CNS photo/Gregory A. Shemitz)

Una trabajadora de las Misioneras de la Caridad ha sido detenida en Ranchi, al este de la India, después de acusarla de haber vendido un bebé recién nacido por unos 1.700 dólares. La Ministra india de Desarrollo de la Mujer y el Niño ha ordenado en consecuencia una investigación y el registro de todas las casas en las que las religiosas realizan su labor, ya que cree que podrían haber creado un sistema paralelo de adopciones.

La hermana Mary Prema, superiora general de las Misioneras de la Caridad, no ha tardado en dar la cara por la orden en una carta publicada por Asia News. “Deseamos expresar en modo inequívoco nuestra condena por acciones individuales que no tienen nada que ver con la congregación de las Misioneras de la Caridad. Estamos colaborando plenamente con los investigadores y estamos abiertas a toda libre, equilibrada y justa investigación”, afirma la religiosa, quien a continuación aclara los hechos para evitar los “muchos mitos difundidos, informaciones distorsionadas y noticias falsas” que ya circulan.

Relata que Anima Indwar, la detenida, trabajaba con las hermanas en un centro especial para madres solteras. Tras mucho tiempo sin quejas contra ella, las monjas le delegaron cada vez más responsabilidades. Hace unos días, el CWC (Comité de Bienestar de los Niños) se personó en la casa donde trabajaba preguntando por el caso de una madre soltera, Karishma Toppo, que acudió con su hijo a la casa. Indwar debía haber entregado a su hijo al CWC, algo que reconoció no haber hecho, por lo que pasó a disposición judicial. A partir de ahí, sor Mary denuncia que “los 22 niños huéspedes de la casa fueron llevados por el CWC, incluido un niño de 1 mes”, y esto se repitió en otros centros, de uno “se llevaron a 11 madres solteras(…). Aquellas mujeres fueron sometidas a una grave humillación y a la pública vergüenza, habiendo sido llevadas hacia afuera delante de muchos medios de información”.

Estos son los datos que la superiora general afirma conocer del caso, si bien lamenta el trato que el CWC da repentinamente a las casas de la Orden: “Da pena que el CWC haya utilizado tal tratamiento a una casa que solo hacía dos semanas sus mismos representantes habían definido tener ‘un excelente ambiente para el cuidado de los niños'”. Pide por tanto paciencia y confía plenamente en la investigación.

El fundador de Oasi 7, acusado de abusos sexuales

La comunidad Oasi 7 es una organización fundada por el fraile capuchino Antonio Zanotti en la que acogía a menores en dificultades y refugiados. Ahora, el padre Zanotti ha sido denunciado, eclesiástica y civilmente, por abusos sexuales, aportando fotos y vídeos como pruebas. Corriere de la Sera recoge el testimonio del joven que le ha denunciado, quien vivió en la comunidad durante cuatro años en los que el capuchino le obligó a ser su amante.

El joven llegó a Italia con 6 años, y a los 10 entró en un internado. Después comenzó a saltar de un instituto a otro hasta que acabó en la comunidad en 2014. “Los primeros meses me sentí acogido –relata– pero pronto noté el exceso de lujo de que disfrutaba el padre Zanotti, muy alejado de las costumbres franciscanas”. A los tres meses el fundador comenzó a invitarle a beber a su cuarto y a aproximarse a él de forma sexual, a hacerle regalos y conseguirle dinero, bajo promesa de un empleo. Si se negaba, le amenazaba diciendo “que sin él viviría en la calle”, hasta que al cumplir un año de su llegada el joven se fue de la comunidad.

Se fue sin dinero y vivió en la calle durante varios meses, hasta que el padre Zanotti contactó con él y le aseguró que las cosas cambiarían y que le conseguiría un apartamento propio para que pudiera vivir y trabajar tranquilo, por lo que decidió volver. “Se puso más celoso y controlador, me decía ‘se necesita dinero, querido, y yo tengo mucho y tu no tienes nada'” y las vejaciones y abusos se intensificaron. Hace dos meses se fue de nuevo, prefiriendo volver a vivir en la calle. “Cuando estaba en la estación de Bergamo dos albaneses que conocía de la comunidad me dieron una paliza y me dijeron que no volviera jamás y me alejara de la zona”. 

Finalmente ha denunciado su caso, y su abogada pide al Vaticano “medidas cautelares urgentes respecto al padre Zanotti y su reducción al estado laical“, además de la denuncia civil por abusos sexuales. También ha pedido al Gobierno italiano “una intervención urgente sabiendo la cantidad de jóvenes que viven en la comunidad y deben ser protegidos, y porque queremos saber de dónde viene todo el dinero que tiene el fraile y por qué no se le han pedido cuentas antes de su uso”.

Conclusión de uno de los casos de Boston

El abogado estadounidense Mitchell Garabedian llegó a un acuerdo el pasado martes 17 de julio con la orden de los Agustinos por el que pagará en concepto de indemnizaciones un millón de dólares (unos 860.000 euros) a los 8 clientes de Garabedian. Según informa Star Tribune, estas 8 personas –cinco hombres y tres mujeres– denunciaron abusos sexuales sufridos a manos de dos sacerdotes de la orden, John Gallagher y Robert Turnbull, entre las décadas de 1970 y 1980, cuando las víctimas tenían entre 8 y 12 años de edad, en la ciudad de Boston.

La orden ha decidido llegar a este acuerdo para “mostrar su deseo de promover la recuperación” tanto de las víctimas como de la Iglesia en Boston, que quedó muy afectada por este y otros casos de abusos destapados años después de ser cometidos. Garabedian informó a los medios de que el acuerdo se gestó el pasado mes de junio, y que se trata de uno de los casos de los que se acusaba al fallecido cardenal Bernard Law de haber encubierto.

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