Concluye el encuentro del MMTC: comprometidos a impulsar la relación con el ministerio pastoral

  • El Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos presenta las conclusiones de su simposio internacional y su asamblea general
  • Ávila ha acogido el evento celebrado desde el 15 al 21 de julio para dialogar y renovar su compromiso con el mundo del trabajo
  • A FONDO: Yo, católico y sindicalista

Encuentro Internacional del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos julio 2017 celebrado en Ávila

El Seminario Internacional “Tierra, Techo y Trabajo para una vida digna” y la Asamblea General del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC) echa el cierre en Ávila. El evento, que conmemora los 50 años del MMTC, ha reunido del 15 al 21 de julio a 120 delegados de 42 países para dialogar y renovar el compromiso de acercar el Evangelio al mundo del trabajo.

“Compartimos nuestra preocupación por el desempleo, la falta de empleo digno y la alta precarización de las relaciones laborales en todo el mundo, que genera dolor, sufrimiento muerte, insolidaridad, desesperación, guerra, violencia, emigración…”, sostienen en su declaración final.



A su vez, según reza el comunicado, se sienten interpelados, porque “es también nuestro el dolor de toda la familia trabajadora. Queremos ser y mostrar signos de esperanza personal y comunitariamente”. Y es que “depende de nuestro compromiso personal mantener una actitud que refuerce nuestra presencia entre nuestros hermanos trabajadores para escuchar, acompañar, formar, denunciar…”.

Compromiso con los trabajadores y sus luchas

Por otro lado, vuelven a ofrecer su compromiso, su trabajo y sus luchas “a todos los trabajadores del mundo, desde el ámbito local, regional y global para responder a nuestra misión evangelizadora y, con ello, adecuar la organización del MMTC para responder mejor a esta tarea”.

De este modo, asumen ocho puntos clave como conclusión del encuentro:

  1. Fortalecer nuestro estilo de vida militante, nuestra formación y Revisión de Vida, en coherencia con nuestra fe en Jesucristo, el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia.
  2. Impulsar la relación entre los movimientos y el ministerio pastoral. Construyendo con ello pastoral obrera: siendo voz en la Iglesia y voz en el mundo del trabajo, con especial atención en los más excluidos y precarios.
  3. Analizar la situación regional de los trabajadores para establecer dinámicas de trabajo que denuncien las situaciones de vulnerabilidad de derechos y protejan la dignidad de la persona. Favorecer la igualdad de oportunidades en todos los ámbitos, también en nuestras organizaciones. Contribuir a la formación de jóvenes trabajadores cristianos.
  4. Animar alianzas con otros actores protagonistas en los ámbitos locales y regionales cuyos planteamientos por el trabajo decente y la construcción del bien común sean objetivos compartidos.
  5. Potenciar la solidaridad y la acción común con los movimientos populares, a través de los Encuentros Mundiales en diálogo con el Papa y mediante encuentros específicos de zona o región.
  6. Seguir convocando a todos los movimientos de trabajadores cristianos a sumarse a la Jornada Mundial por el Trabajo Decente (7 de octubre), junto con el movimiento sindical mundial, la Organización Internacional del Trabajo y otras organizaciones.
  7. Proponer a nivel local y regional una confluencia de organizaciones de inspiración católica para poner en marcha una iniciativa de Iglesia universal por el Trabajo Decente.
  8. Exigir un trabajo decente para todos. Reclamar a los Estados que garanticen un salario social o renta de ciudadanía, que evite el descarte de millones de personas, en los casos de que no se garantice el acceso a un trabajo decente.
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