“Es una desgracia que en España no se valoren las ciencias eclesiásticas”

inauguración del curso 2013-2014 en la UPSA

En la inauguración del curso, el rector Ángel Galindo defiende que la UPSA aporta beneficios a la sociedad

inauguración del curso 2013-2014 en la UPSA

El obispo diocesano Carlos López, el cardenal Rouco y el rector Galindo

“Es una desgracia que en España no se valoren las ciencias eclesiásticas” [extracto]

FRAN OTERO | La Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) celebró el pasado 17 de septiembre su tradicional apertura de curso, un acto académico que estuvo presidido por el cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Antonio María Rouco Varela, y contó con la presencia de numerosas personalidades, entre obispos –Zamora, Plasencia, Ávila y Oviedo–, dirigentes públicos y representantes de otras universidades.

Durante la apertura se leyó la memoria del curso anterior, a cargo de Miguel Ángel Hernández Robledo, y se pronunció la lección inaugural, por el profesor Manuel Martín Merino, acerca de la Bioinformática y Biología Computacional, como aliados esenciales en la lucha contra el cáncer. También tomó la palabra el cardenal Rouco Varela, que destacó que la UPSA vive la Iglesia en la verdad, la esperanza, la caridad y el amor.

Por encima de todas, sobresalió la intervención del rector, Ángel Galindo, que defendió la propuesta que hace a la sociedad la UPSA. Antes de nada, y al recordar la trayectoria de la universidad, dijo que la Pontificia de Salamanca “constituye una institución de referencia clásica en el sistema universitario de España, que se ha caracterizado siempre, además de por su magnífica trayectoria investigadora y docente, por el elevado nivel de sintonía con la sociedad de cada época y por su capacidad para dar respuesta adecuada a la demanda formativa de la sociedad”.

En este sentido, lamentó: “Es una desgracia que España aún no haya aprendido a valorar la gran aportación investigadora realizada por las ciencias eclesiásticas y bíblicas como lo hacen, por poner un ejemplo, en Italia, Alemania, países anglosajones e iberoamericanos”.

Ante el nuevo curso, Ángel Galindo se mostró satisfecho por el número de matriculados –aumentan–, por el servicio que presta la universidad a la sociedad y a la Iglesia en el ámbito de la salud, la enseñanza, los medios de comunicación y por dar respuesta a las demandas eclesiásticas. En este sentido, dijo que la UPSA está respondiendo a las necesidades impuestas por la sociedad sin perder, por ello, su identidad.inauguración del curso 2013-2014 en la UPSA

“Somos conscientes de que la sociedad necesita de la cultura. La universidad tiene como reto ayudar a pensar con originalidad y autonomía. Sabemos que allá donde todos piensan lo mismo nadie piensa. Por ello, queremos crear un ambiente donde haya libertad de reflexión y de pensamiento. Es conocido que la crisis económica tiene sus raíces en una crisis moral profunda. Los técnicos y especialistas nos dicen que mientras no se afronte la crisis ética no se solucionará la financiera. Mientras sigamos creyendo que lo importante es seguir potenciando a los fuertes, dejaremos morir a los débiles”.

En este sentido, dijo que la apuesta de la UPSA pasa por “una propuesta cultural basada en los valores humanos y cristianos con los que, bajo el principio de subsidiariedad, el que más puede viene en ayuda del que menos fuerza tiene para que se valga por sí mismo. Estoy convencido de que sin este horizonte ético la Universidad perderá su identidad”.

Necesidad de catarsis

Dicho esto, apuntó que la sociedad necesita “una catarsis para restablecer códigos éticos, morales y cívicos”, pues descuidar esto “es condenar a las generaciones presentes y futuras a una peligrosa desconfianza en las instituciones y en nuestro sistema actual”. “Hoy, la crisis nos avoca a la regeneración o al caos. Es una exigencia histórica para instituciones políticas, académicas, sociales y culturales. Estamos obligados a ejercer el liderazgo. No hay mayor insulto a los ciudadanos que actuar como si estos estuviesen alienados o domesticados. La historia, maestra de la vida, es pródiga en ejemplos de cómo los ciudadanos saben decir basta. Sin duda, seguiremos contribuyendo con nuestras tareas e investigaciones a conseguir lo que a todos tanto nos importa: el bien de los alumnos y de la sociedad. Estoy convencido de que no debemos tener miedo a la libertad”, añadió.

De hecho, con libertad se mostró Galindo al hablar de la falta de ayudas de las instituciones públicas: “Del Estado no recibimos ayuda alguna, salvo las que reciben, no sin dificultades, los alumnos por su carácter de ciudadanos españoles a través de las becas a las que tienen derecho. La UPSA aporta beneficios a la sociedad y, por tanto, se atreve a pedir apoyo de los que regulan las aportaciones sociales. Aunque somos conscientes de las dificultades que las autoridades públicas tienen, en época de crisis, al distribuir los bienes comunes, les tenemos que recordar que los alumnos de nuestra universidad también son españoles y tienen los mismos derechos que los que estudian en instituciones del Estado”.

Para Galindo, uno de los grandes retos de la UPSA, en calidad de pontificia y católica, es la promoción de las relaciones humanas en el ámbito interno y externo entre los miembros de la comunidad universitaria y con las personas a quien se dirige: “Queremos ser competitivos y fiables por la excelencia de nuestras ofertas intelectuales; y especialmente queremos respetar y buscar el bien común de la sociedad”.

En este sentido, apuntó cinco objetivos: potenciar la identidad católica, la formación de los profesores y de los diversos sectores de la Universidad en Teología y en Doctrina Social de la Iglesia, el trabajo con otras universidades pontificias, las cuestiones más importantes a las que debe enfrentarse en el campo científico –bien común, bioética y justicia–, pastoral universitaria y evangelización.

“Señores obispos –concluyó el rector–, cuenten con esta universidad sabiendo que, desde el horizonte de sentido que aportan las facultades de filosofía y de teología, estamos a su disposición con nuestros buenos profesionales en el campo del derecho canónico, la enfermería, la educación, la psicología, la logopedia, las ciencias de la salud, la informática y otras especialidades”.

En el nº 2.863 de Vida Nueva

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