OBITUARIO: Teresa Losada, una pionera de la acogida a los inmigrantes

Teresa Losada, religiosa, fallecida en agosto de 2013

IGNASI MARQUÉS, rector de Santa Rosa (Santa Coloma de Gramenet, Barcelona) | Fue en 1984 cuando conocí a Teresa Losada. Sabía de su dedicación a los emigrantes magrebíes, llegados en los años 60 para construir nuestras autopistas. La visité en su casa-convento de Sant Vicenç dels Horts, donde convivía con otras franciscanas misioneras de María, entre ellas, su hermana melliza Ana, tan dedicada a la causa a los emigrantes como ella.

Ella me citó después en el centro Bayt al-Thaqafa (Casa de la Cultura), donde me orientó sobre cómo debía enfocar mi dedicación a los africanos de Senegal y Gambia, que empezaban a asentarse en la zona de Mataró-Llavaneras, donde yo era párroco en la iglesia de Sant Simó i Sant Pau. Eran, ciertamente, los pioneros, y por eso empezaron a ser llamados los “negros del Maresme”. Me ayudó en la redacción de los estatutos que debían regir en el Centro de Acogida para Africanos Sant Pau.

Desde entonces, coincidíamos a menudo cuando, desde la Generalitat de Cataluña, éramos requeridos para asesorar y colaborar de algún modo en la creación de la nueva estructura que esta estaba iniciando para afrontar el nuevo fenómeno social de la inmigración.

En los diez años que estuve al frente de la parroquia también dirigí el Centro de Acogida, que después se ha reconocido como el primero abierto en España para ayudar a los llegados del África negra. Nunca me dolió que algunos me llamaran “el cura de los negros”. Bien al contrario, ha sido para mí un honor semejante apelativo.

El 16 del pasado mes de mayo fue la última vez que la pude saludar y hablar con ella, en la entrega que le hicieron del premio Emmanuel Mounier. Ya entonces era patente que la enfermedad la corroía.

Practicando la inter-vida

Estando yo fuera de Barcelona, el domingo 25 de agosto moría la tan querida Teresa. En la nueva parroquia de Santa Rosa (Santa Coloma de Gramenet) que se me ha confiado, conviven también personas provenientes de muchos países y seguidores de todas las religiones. Con ellas intentamos practicar la inter-vida, esto es, la convivencia pacífica entre unos y otros; más que la inter-fe o inter-religiosidad, de la que tanto gustan hablar los teóricos, pero que muchas veces no pasa de eso, de pura teoría. Esa inter-vida es la que practicó Teresa Losada, y de la que fue mi buena maestra.

Anteriormente, en 2011, ya había fallecido otra mujer tan dedicada como ella a la inter-vida con personas de otras nacionalidades y religiones, Mercè Anglada, a la que homenajeamos el 15 del pasado mayo en la Sala del Foment Mataroní. Ambas han sido pioneras de la acogida al inmigrante y humildes ayudantes del trabajo que se sigue llevando a cabo en el Centro de Acodida Sant Pau, en Mataró, desde hace ya 30 años.

¡Gracias!, y que al Paraíso las acompañen aquellas muchas personas a las que ayudaron desinteresadamente mientras vivían en esta tierra.

En el nº 2.861 de Vida Nueva.

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