En busca de la identidad perdida. Signos que iluminan el camino

religiosa con hábito juega con niñas pequeñas

Rasgos para afrontar un nuevo modelo de Vida Religiosa

religiosa con hábito juega con niñas pequeñas

JOSÉ Mª GUERRERO, SJ | Como sugería en el Pliego de la semana pasada, quisiera ahora presentar los grandes rasgos de esta forma histórica de Vida Religiosa por donde el Espíritu Santo parece impulsarnos hoy a los religiosos y religiosas, para hacer más significativo nuestro servicio al mundo en que nos toca vivir. De la fidelidad a esas líneas maestras y de la capacidad de escucha a los clamores de la realidad dependerá en buena medida nuestro futuro.

El convento, ¿fortaleza amurallada o tienda de campaña?

El prototipo del nuevo modelo de Vida Religiosa ya no será el convento sólido e inmenso, arraigado como una fortaleza, sino la tienda de campaña, el vaso frágil, la semilla que muere para dar vida. Por supuesto que la misión tiene al Señor como centro, y debe ser discernida en fidelidad a nuestros propios carismas y al humus de hoy en que hay que plantarlos. Esto puede suponer abrir obras nuevas, cerrar algunas que ya no dicen nada, reorientar otras…

Habrá también que reformar estructuras, aliviarlas, dirigirlas hacia la animación y la revitalización de la Vida Religiosa, sustituir barreras por horizontes, responder adecuadamente a las necesidades y los retos de una sociedad que ha cambiado y está cambiando radicalmente.

Pero esta misión, que es hacia todos los hombres, privilegia a algunos. Si la opción por los oprimidos y marginados, por los pequeños y cuantos fueron considerados y tratados como los “últimos” de la sociedad configuró la vida y la misión de Jesús (cfr. Lc 4, 18), también debe configurar la de todos sus seguidores, porque pertenece al corazón mismo del Evangelio y es una dimensión del Reino de Dios. Este llamado nos viene de Jesús y su Evangelio.

La historia de esta opción se confunde con la historia de la Vida Religiosa. El Espíritu nos urge a vivir esta opción preferencial por los pobres en solidaridad y compromiso con la vida de esos sobrantes y desechables del sistema neoliberal; nos exige el jugárnosla por sus derechos humanos, tan atropellados hoy; nos impulsa a ser signos de honestidad y verdad evangélica y a apoyar los proyectos de los desvalidos y marginados, pues a través de ellos el Espíritu crea en nosotros la profecía de Jesús.religiosos y laicos rezan juntos cogidos de la mano

(…)

¿Dónde están nuestras prioridades?

Esta es una pregunta clave: ¿estamos de parte de los excluidos o de los excluyentes? Los niños de la calle que vagabundean sin rumbo y sin esperanza, los que vuelven a casa con la alforja vacía y oyen los llantos de sus hijos hambrientos, los ancianos arrumbados como trastos viejos, los refugiados y emigrantes en tierra extraña, que arrastran su precariedad hasta límites increíbles, los sin techo, sin cuidados médicos y, sobre todo, sin futuro…, ¿nos descubren a su lado, o nos sienten enredados en una religión de muchos rezos y poco compromiso evangélico, codeándonos con los grandes del mundo?

A veces, nuestra vida desmiente nuestro discurso. No actuó así el Maestro. No olvidemos que los despreciados y pequeños de ahora serán nuestros futuros jueces (cfr. Mt 25, 31-46).

En busca de la identidad perdida (I). Radiografía de una VR mística y profética para hoy [extracto]

En busca de la identidad perdida (I), Pliego publicado en el nº 2.845 de Vida Nueva. Del 27 de abril al 3 de mayo de 2013

En busca de la identidad perdida (II), Pliego publicado en el nº 2.846 de Vida Nueva. Del 4 al 10 de mayo de 2013

Compartir