“Los musulmanes no somos enemigos de la democracia”

La Comunidad de Sant’Egidio analiza el alcance de la primavera árabe al año de su eclosión

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DARÍO MENOR | “Construir una democracia es un trabajo más difícil que destruir una dictadura”. Cuando lanza esta advertencia alguien como Rashid Gannuchi, histórico opositor tunecino que pasó más de veinte años exiliado antes de volver a su país para liderar la transición tras la caída de Zine El-Abidine Ben Alí, se toma conciencia del reto que tienen por delante las naciones árabes que han conseguido quitarse de encima a sus tiranos.

Para intentar entender lo que está ocurriendo en esta parte del mundo desde que, hace un año, comenzase la llamada primavera árabe, la Comunidad de Sant’Egidio, movimiento eclesial con reconocida vocación por el diálogo interreligioso y la construcción de la paz, organizó el pasado 29 de febrero en Roma un congreso en el que participaron algunos de los protagonistas que están cambiando la historia de la orilla sur del Mediterráneo.

Gannuchi, líder del movimiento político Ennahda y uno de los ponentes más destacados, reconoció que lo que está ocurriendo en su región muestra que “los musulmanes no somos enemigos de la democracia”. [“Los musulmanes no somos enemigos de la democracia”, seguir leyendo]

En el nº 2.792 de Vida Nueva.

 

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