La UPSA potenciará su dimensión internacional

Ángel Galindo tomó posesión como nuevo rector de la Universidad de la CEE

JOSÉ LORENZO | Recuperar el carácter universal y poner la tarea investigadora a disposición de los más vulnerables y de las instituciones con las que colaboran fueron dos de las actuaciones prioritiarias que ofreció el nuevo rector de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), Ángel Galindo, en su toma de posesión, el pasado día 22, en el Aula Magna de este histórico centro académico, propiedad de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

Precisamente, una quincena de prelados (la mayoría, de diócesis colindantes) y destacadas personalidades civiles y académicas arroparon al nuevo rector, hasta la fecha, decano de Teología, y cuyo nombre fue el considerado más idóneo de los presentados por el Gran Canciller de esta institución, el obispo de Salamanca, a la Comisión Permanente de la CEE, que luego lo elevó a la Congregación para la Educación Católica, quien finalmente procedió al nombramiento de este sacerdote segoviano.

Además de una trayectoria de casi tres décadas en la UPSA, Galindo quiso asegurar para la nueva etapa “trabajo, honradez y diálogo”, virtudes que piensa poner al servicio de las actuaciones pioritarias para el próximo cuatrienio, esto es: recuperar el carácter universal de la UPSA (“no hemos nacido solo para Salamanca o Castilla y León); potenciar todas las disciplinas desde los estudios humanistas más que potenciar las ciencias eclesiásticas (“la persona humana debe ocupar el centro de nuestra oferta social y cultural”); favorecer la investigación y la calidad, poniéndolas al servicio de los más necesitados y de las entidades que colaboran con la UPSA (“las instituciones con menos posibilidades recibirán nuestros servicios con gratuidad”); evaluación periódica del profesorado; o la decidida apuesta por las nuevas tecnologías (“un desafío importante será la implementación de una plataforma puntera y común, clara y pública, para gestionar la enseñanza on line”).

Mirada a Iberoamérica

En otro momento de su discurso, Galindo insistió en la búsqueda de la proyección internacional. Cuando en España, algunas diócesis retiran a sus alumnos de Salamanca o de sus centros asociados para enviarlos o adscribirlos a otras facultades, volver los ojos a Iberoamérica, Portugal o países emergentes como India, China o Brasil es una opción llena de futuro, como lo demuestra la demanda creciente que han detectado. Por ello, además de potenciar el intercambio de alumnos y profesores o los cursos de español, se dará “especial importancia” al capítulo de títulos compartidos con otras universidades católicas del mundo, teniendo en cuenta las adaptaciones curriculares.

Y esto sin olvidar el servicio que esta Universidad, con 10.000 alumnos en once facultades y seis escuelas universitarias, que imparte más de 30 titulaciones oficiales y casi un centenar de máster y títulos propios, tanto en el campus de Salamanca como en el de Madrid, seguirá prestando en las diócesis españolas, para lo que se potenciará su presencia “en calidad de servicio, tanto a la Iglesia como a la sociedad”.

El acto concluyó con la intervención del consejero de Educación de la Junta castellanoleonesa, Juan José Mateos, y del Gran Canciller, Carlos López.

Despedida de Arranz

Uno de los momentos más emotivos del acto fue la entrega de los atributos rectorales (muceta, birrete y medalla rectoral) por parte del rector saliente, Marceliano Arranz, a su sucesor. Pero antes, Arranz pronunció un breve discurso de despedida en el que, a modo de humilde reivindicación, recordó cuatro actuaciones realizadas por la UPSA en los últimos años y que “podrían suponer un salto cualitativo para el futuro de nuestra Universidad”: que casi todos sus profesores sean doctores; la adaptación de todas sus titulaciones al Espacio Europeo de Educación Superior; la introducción de asignaturas identitarias en todos los planes de estudio; y la progresiva incorporación del profesorado a la tarea investigadora.

En cuanto a los retos que a la UPSA le quedan por delante, quien fue su rector durante casi diez años, señaló el de estar abiertos a todos los hombres, “incluidos los que no comparten sus creencias”; evitar “tanto el adoctrinamiento como una neutralidad tan respetuosa como estéril”; promover en los alumnos “una actitud positiva ante las virtudes morales y la religión”; la excelencia como nota distintiva; y “ejemplarizar ante la comunidad universitaria los valores que proclama”.

En el número 2.770 de Vida Nueva.

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