M. GÓMEZ | La Nueva Evangelización no es una poción mágica… Es, ante todo, una actitud, es un acto de confianza en Jesucristo que ‘hace todas las cosas nuevas’”. Así se expresan los secretarios generales y portavoces de las conferencias episcopales de Europa (agrupadas en la CCEE), en el comunicado final del encuentro que se ha celebrado en Vilnius (Lituania), del 16 al 21 de junio.
El tema principal era la Nueva Evangelización, y la conclusión, sencilla, al menos en su enunciación: “La Nueva Evangelización no quiere que el cristiano haga algo más, lo único que pide es encarnar a diario en la oración y en las obras de caridad, en la familia y en el trabajo, la fe, la esperanza y la caridad de un Dios que se hizo hombre”.
“En estos tiempo particularmente marcados por la secularización –sigue la nota–, la misión de la Iglesia es recordar que las preguntas que cada uno lleva en su corazón encuentran su respuesta solo en el encuentro con el Creador”. En este sentido, los protagonistas de la Nueva Evangelización son “las personas transformadas por el encuentro con Dios”.
El sábado 19, secretarios y portavoces debatieron sobre la comunicación de la Iglesia en tiempos de crisis y sobre la utilización de las nuevas herramientas para anunciar el Evangelio. Recomiendan “ser fiel al Evangelio y a la verdad: he aquí el mejor modo de comunicar”. Advierten, no obstante, que “todos los medios disponibles pueden ser utilizados, pero ninguno puede reemplazar el encuentro personal con los otros y con Dios”.
En el número 2.759 de Vida Nueva
