Atrapados en la butaca

Celda 211

Celda-211(J. L. Celada) Rara vez una producción cumple lo que anuncia a bombo y platillo su maquinaria promocional, o casi nunca llega a satisfacer las expectativas que ese despliegue mediático despierta entre el gran público. Pero hay excepciones, en las que el reclamo elegido no sólo no traiciona la realidad, sino que la sintetiza con acierto. Es el caso de Celda 211, “la mejor película española del año”. Así, tal y como suena. Siempre, claro está, con el permiso de los estrenos pendientes. Tratemos de explicar las razones que avalan tan rotunda conclusión.

El último trabajo de Daniel Monzón cuenta con tres elementos que, bien manejados, suelen garantizar el éxito final de un proyecto: una buena historia, un reparto ajustado a las necesidades del guión y una poderosa puesta en escena, cuya atmósfera atrapa al espectador, convirtiendo su butaca en la incómoda estancia del título, y la propia sala, en la prisión donde se desarrollan los hechos. Un universo de pasillos, galerías, escaleras, patios, barrotes, cámaras…, que constituye el medio habitual de tantas cintas de acción en su subgénero carcelario, pero que aquí alcanza las dimensiones de una doble tragedia: la de un individuo concreto y la de toda la sociedad en su conjunto.

Con pulso firme, ritmo sostenido y una mirada sin concesiones, el realizador narra la peripecia que le tiene reservada el destino a un joven funcionario en su nuevo empleo, tras verse atrapado en un motín que pone a prueba a los de fuera y a los de dentro. Es entonces cuando, entre la violencia desatada y las negociaciones imposibles, Monzón nos acerca a la fragilidad de la existencia, expuesta a caprichos ajenos a la voluntad y probada por situaciones extremas, hasta el punto de que se puede ser un asesino y tener cierta integridad o defender el orden desde la más absoluta inmoralidad.

Celda-211-2Junto al sorprendido y desbordado joven (bastante tiene el debutante Alberto Ammann con aguantar el tipo en todos los sentidos frente a su “pareja de baile”), descubrimos que estar de uno u otro lado de las rejas depende también de una conjunción de circunstancias, y que incluso el más temido de los reclusos (Luis Tosar en el papel de su carrera) merece ser escuchado y querido (la relación de amistad entre ambos es, sin duda, otra de las grandes bazas del filme). Capítulo aparte ocupa también la interesante idea de elegir a los internos etarras como moneda de cambio, con los sabrosos diálogos y reflexiones que ello propicia, aunque sin caer en la tentación del apunte político.

Muchos otros son los matices que alberga esta Celda 211 en el tumulto de su trepidante y descarnada pesadilla: condiciones infrahumanas de los centros, abusos policiales, inoperancia institucional… Pero basta con seguir –a ratos temerosos, a ratos expectantes, siempre cautivados– los ojos y la voz del actor gallego para no perderse detalle. Que la disfruten.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Celda 211

DIRECCIÓN: Daniel Monzón

GUIÓN: Jorge Guerricaechevarría y Daniel Monzón ·

FOTOGRAFÍA: Carlos Gusi

MÚSICA: Roque Baños ·

PRODUCCIÓN:
Emma Lustres, Borja Pena, Juan Gordon y Álvaro Augustin ·

INTÉRPRETES: Luis Tosar, Alberto Ammann, Antonio Resines, Marta Etura, Carlos Bardem, Manuel Morón, Luis Zahera

En el nº 2.683 de Vida Nueva.

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