Nicaragua: revelan cómo son las celdas donde se encuentra el obispo Rolando Álvarez

“Se trata de un sitio oscuro, insalubre, sin ventilación, un verdadero infierno”, refieren ex reclusos sobre las celdas de máxima seguridad de ‘La Modelo’

carcel Jorge Navarro

El diario nicaragüense El confidencial digital publicó en su sitio web el relato de Yubrak Suazo y Kevin Solís, quienes estuvieron presos en el área ‘El infiernillo’, del Sistema Penitenciario Nacional Jorge Navarro, conocido como ‘La Modelo’, donde el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, se encuentra desde hace tres meses cumpliendo una condena a 26 años de prisión.



El líder universitario Yubrak Suazo, preso político en 2018 y 2022, refiere que estuvo preso en la celda 19 de ‘El infiernillo’, ubicada en la Galería 300, donde las cucarachas “recorren hasta el último rincón. Emergen por la tubería de un lavamanos en mal estado y se esparcen por todo el lugar”.

Suazo explicó que ‘El infiernillo’ es un conjunto de 26 celdas destinadas a los presos que envían a castigo o aislamiento, donde el espacio es de 2.5 metros de largo por 2 metros de ancho.

“Ahí el bochorno provoca mayor ansiedad, desesperación, ganas de salir corriendo… la falta de aseo en aquella mazmorra es terrible, y el calor se siente como en el infierno“, pues las celdas no tienen ventilación.

Suazo comentó que en ‘El infiernillo’, al ser un área de total aislamiento, las celdas cuentan con un lavamanos metálico y un retrete, que “viene siendo como los inodoros que están en las cárceles de los Estados Unidos, pero en completo mal estado“.

Con respecto al servicio de agua, solo es habilitado por veinte minutos dos veces al día: a las 5:00 a. m. y a las 12:00 p. m.; “en ese momento puedes bañarte y hacer tus necesidades fisiológicas porque después no hay condiciones para estar lavando si se te ensucia algo”, explicó Suazo.

Vigilancia las 24 horas a través de cámaras

Por su parte, el líder estudiantil Kevin Solís, quien al igual que Suazo fue capturado en dos ocasiones, primero en 2018 y luego en 2020, estuvo recluido en ‘El infiernillo’.

Solís explicó que en la celda número 13 no hay luz eléctrica, y la luz del sol no entra por la ventanita de la puerta, que da a un muro de concreto el cual tapaba completamente la luz natural.

Recordó que era “imposible estar con el uniforme azul de preso” debido al bochorno en el lugar, y los carceleros solo le permitían tener una botella de agua”, lo que lo hacía estar débil y completamente deshidratado.

Los presos son monitoreados las 24 horas del día a través de un sistema de cámaras, que habría sido instalado en 2020, después que la mayoría de los presos políticos fueron excarcelados bajo la auto amnistía del régimen.

La cámara está instalada arriba de la celda, justo “encima de un murito” que separa el baño del camarote de cemento. “Ahí estás completamente solito. Vos, la cámara y tu alma”, comentó Solís.

Solís recordó la existencia de cucarachas, zancudos y otros insectos en la celda, así como los malos olores que salen del inodoro metálico, que “la mayor parte del día pasa sucio” debido a la falta de agua.

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