Francisco reclama a los Equipos de Nuestra Señora que “acompañar a los matrimonios es hoy una verdadera misión”

El Pontífice recibe a un grupo del Movimiento, peregrinos de Amsterdam y a los participantes en la Conferencia ‘Reparar lo irreparable’

Los responsables internacionales del Movimiento de los Equipos de Nuestra Señora han sido recibidos por el papa Francisco en audiencia en el Palacio Apostólico, un movimiento que cuenta con “miles de Equipos esparcidos por todo el mundo, muchas familias que intentan vivir el matrimonio cristiano como un don”. El pontífice lamentó que “la familia cristiana atraviesa una verdadera ‘tormenta cultural’ en esta época de cambio y se ve amenazada y tentada en muchos frentes”.



Matrimonio en salida

Ante esta situación, agradeció el acompañamiento a los “matrimonios para que no se sientan solos en las dificultades de la vida y en su relación conyugal” como “Iglesia ‘en salida’ cercana a las situaciones y a los problemas de la gente y comprometida sin reservas con el bien de las familias de hoy y de mañana”. Por ello, reivindicó que “acompañar a los matrimonios es hoy una verdadera misión” y que “salvaguardar el matrimonio significa salvaguardar toda una familia, significa salvar todas las relaciones que se generan en el matrimonio”.

“Los niños, en efecto, necesitan recibir de sus padres la certeza de que Dios los ha creado por amor, y que un día también ellos podrán amar y sentirse amados como papá y mamá. Tener la certeza de que la semilla del amor, depositada en sus corazones por sus padres, brotará tarde o temprano”, apeló. Por ello, el Papa señaló la “urgencia” de “ayudar a los jóvenes a descubrir que el matrimonio cristiano es una vocación, una llamada específica que Dios dirige a un hombre y a una mujer para que puedan realizarse plenamente siendo generadores, convirtiéndose en padre y madre, y llevando al mundo la Gracia de su Sacramento” y la presencia de Dios en la familia.

A los responsables les puso la tarea concreta de acompañar a los recién casados y abrirse a las familias más jóvenes en las parroquias. “Hay que recomenzar desde las nuevas generaciones para hacer fecunda la Iglesia: generar muchas pequeñas Iglesias domésticas donde se viva un estilo de vida cristiano, donde nos sintamos familiarizados con Jesús, donde aprendamos a escuchar a los que nos rodean como Jesús nos escucha a nosotros”, propuso el pontífice. Para ello subrayó Francisco “la importancia de la corresponsabilidad entre cónyuges y sacerdotes”.

Los peregrinos de Ámsterdam

El Papa también ha recibido un grupo de peregrinos de Ámsterdam, con ocasión del 750 aniversario de la ciudad, con orígenes “ligados a la fe y a la Iglesia católica”. “Ámsterdam es una ciudad donde muchas personas trabajan por los pobres y los inmigrantes, colaborando con la labor de las Hermanas de la Madre Teresa, con la pastoral de drogadictos, con la comunidad de Sant’Egidio y con muchas otras iniciativas”, destacó Bergoglio.

Francisco resaltó que “las iglesias, en particular, son lugares donde se reúnen personas de todos los orígenes sociales y culturales” y deseo a los peregrinos que “deis testimonio gozoso de la fe y del amor concreto al prójimo, vivificados y sostenidos por la Eucaristía; y que vuestro compromiso siga promoviendo la fraternidad y la solidaridad entre los habitantes de Ámsterdam”.

Cerrar heridas

Entre las audiencias de la mañana, Francisco también saludó a los participantes en la Conferencia ‘Reparar lo irreparable’ con motivo del 350 aniversario de las apariciones de Jesús a santa Margarita María de Alacoque en Paray-le-Monial. “La reparación se manifiesta plenamente en el sacrificio de la Cruz. La novedad es que revela la misericordia del Señor hacia el pecador”, reivindicó el Papa. “La reparación contribuye así a la reconciliación de los hombres entre sí, pero también a la reconciliación con Dios, porque el mal cometido contra el prójimo es también una ofensa contra Dios”.

“Queridos amigos, ¡cuántas lágrimas siguen rodando por las mejillas de Dios, mientras nuestro mundo experimenta tantos abusos contra la dignidad de la persona, incluso dentro del Pueblo de Dios!”, lamentó el pontífice. “La reparación completa parece a veces imposible, cuando se han perdido definitivamente bienes o seres queridos o cuando ciertas situaciones se han vuelto irreversibles. Pero la intención de reparar y de hacerlo concretamente es esencial para el proceso de reconciliación y el retorno de la paz al corazón. La reparación, para ser cristiana, para tocar el corazón de la persona ofendida y no ser un mero acto de justicia conmutativa”, añadió el Papa apuntado a las actitudes de “reconocerse culpable y pedir perdón”.

“Jesús pidió a Santa Margarita María actos de reparación por las ofensas causadas por los pecados de los hombres. Si estos actos consolaron su corazón, esto significa que la reparación puede consolar también el corazón de toda persona herida. Que los trabajos de vuestra conferencia renueven y profundicen el sentido de esta hermosa práctica de reparación al Sagrado Corazón de Jesús, práctica que hoy puede estar un tanto olvidada o erróneamente juzgada obsoleta”, reivindicó Francisco.

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