México recuerda al beato Carlos de Austria en el centenario de su muerte

Desde la parroquia Cristo de la Paz en la Arquidiócesis de México se pidió la intercesión del beato ante la inseguridad en el país y por la paz en Ucrania

Con la presencia de familiares del beato Carlos de Austria, el pasado viernes 1 de abril se llevó a cabo una misa en la parroquia Cristo de la Paz en la Arquidiócesis de México, sede la Pastoral Castrense, para recordar al llamado “Emperador de la paz” y pedir su intercesión ante la situación de violencia que se vive en el país y por la paz en Ucrania.



La Eucaristía –en la que estuvieron expuestas algunas reliquias de primer grado del beato– fue presidida por el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, Luis Manuel Pérez Raygoza, quien recordó que el beato tuvo como guía de su vida la frase: “El deber más sagrado de un rey es el compromiso por la paz”.

Además –dijo- fue un ejemplar esposo, padre familia, militar y emperador, siendo el único político que apoyó los esfuerzos de paz del papa Benedicto XV ante la II Guerra Mundial.

Pérez Raygoza consideró muy significativo que la celebración se realizara en la parroquia Cristo de la Paz, que es la sede la Capellanía Militar.

“Mi más alta consideración a la familia militar, a la familia civil, a don Carlos Felipe de Habsburgo-Lorena y su esposa doña Annie-Claire de Habsburgo-Lorena, nietos del beato Carlos, que nos acompañan en este día”, añadió el obispo.

Orar por la paz

De acuerdo con información de la Pastoral Castrense, fue el conflicto armado entre Rusia y Ucrania, así como el incremento de la violencia en México, lo que motivó a la familia militar a reunirse ese día para reflexionar y orar por la paz.

El obispo auxiliar aseguró que en un contexto de “violencia, soberbia, arrogancia, asesinatos demoniacos y una falta absoluta de respeto a la vida, es esperanzador ver al beato Carlos, constructor y promotor de la paz… a quien el papa san Juan Pablo II beatificó por su vida ejemplar y enorme esfuerzo por la paz en plena II Guerra mundial”.

“Recordemos que la paz inicia en el corazón de cada persona, en las familias unidas y en una sociedad comprometida con su educación y formación espiritual”, dijo Pérez Raygoza.

Según su biografía, el beato Carlos aceptó la enfermedad como un sacrificio por la paz y la unidad de sus pueblos. “Soportó su sufrimiento sin lamento, perdonó a todos los que no le habían ayudado y murió el 1 de abril de 1922 con la mirada dirigida al Santísimo Sacramento. Como él mismo recordó todavía en el lecho de muerte, el lema de su vida fue: ‘Todo mi compromiso es siempre, en todas las cosas, conocer lo más claramente posible y seguir la voluntad de Dios, y esto en el modo más perfecto’”.

Al concluir la celebración, el padre Jorge Reyes de la Riva, capellán militar de la Arquidiócesis de México, invitó al obispo auxiliar y a la familia Habsburgo-Lorena, a firmar el libro de visitantes distinguidos.

Noticias relacionadas
Compartir