Los obispos chilenos llaman a cuidar la democracia buscando acuerdos a través del diálogo

Piden discernir en conciencia si la nueva Constitución promueve la dignidad de la persona, el bien común y un orden justo

Un documento de 6 páginas ha entregado la Conferencia Episcopal de Chile como aporte a la deliberación ante la propuesta de nueva Constitución para el país que deberá ser plebiscitada el próximo 17 de diciembre.



El documento emanado de la reciente Asamblea Plenaria invita a reflexionar “desde valores antropológicos fundamentales, que nos hacen buscar el bien de la persona y la edificación de una sociedad justa y equitativa”. Agregan que se dirigen a todas las personas que quieren aportar al bien de Chile buscando “ayudar a iluminar la conciencia de todas las personas, en particular de los que están comprometidos en la vida política, para que su acción esté siempre al servicio de la promoción integral de la persona y del bien común”.

Abordar con premura los desafíos

Ante la actual crisis política y social los obispos proponen superarla a través del diálogo, acuerdos y renuncias legítimas en vistas a lograr el bien común. “Resulta evidente, agregan, que un texto constitucional no resolverá de inmediato las dificultades que hoy padecemos, pero sea cual sea el resultado del próximo plebiscito, es necesario que nos dispongamos con más decisión a avanzar juntos, abordando con premura los urgentes desafíos sociales y políticos que Chile tiene, más allá de nuestras legítimas diferencias y pluralidad de miradas”.

Ante el texto propuesto que debe ser plebiscitado, los obispos proponen una gran cantidad de preguntas como ayuda para realizar el necesario discernimiento. “Las respuestas personales a estas interrogantes pueden ser de mucha ayuda al momento de decidir”, señala el mensaje.

Principios y valores

Afirman que sus palabras se fundan en la Doctrina Social de la Iglesia cuyos “principios esenciales son: el respeto de la dignidad de la persona humana, la primacía del bien común, la subsidiariedad y la solidaridad; mientras que sus valores fundamentales son: la verdad, la libertad, la justicia, la paz y la caridad”.

Aplicando estos principios y valores, los obispos indican que “es trascendental, por tanto, que cada uno discierna en conciencia si en lo propuesto se respeta y promueve la dignidad de la persona, se contribuye a la realización del bien común y se aplican aquellos valores que fomentan un orden justo”.

Luego abordan algunos aspectos esenciales: la dignidad humana y respeto a la vida, el fortalecimiento de la familia y el derecho a la educación y la enseñanza. Continúan analizando temas tales como la libertad religiosa y objeción de conciencia, el Estado social y democrático de derecho donde abordan la solidaridad y subsidiariedad.

Mejorar la política

También señalan temas sociales: salud y previsión; luego “el desafío de una mejor política y el juicio ético de cada uno”. En este último tema el documento dice que “a todos nos compete mejorar la política, para que sea un verdadero oficio de amor y servicio al prójimo, que es la esencia de la persona humana. Necesitamos recuperar los valores más altos de nuestra vida democrática, que son los que han orientados a nuestra nación en su desarrollo institucional, y que tienen su centro en el reconocimiento de una verdadera diversidad y pluralidad, y en la búsqueda del bien común”.

El documento concluye llamando a cuidar y amar la patria, recordando la importancia de abandonar individualismos para trabajar por el bien común: “la Patria no se la inventa, se la cuida y se la ama. El momento presente es un fuerte llamado a abandonar los individualismos, para ponernos al servicio de los demás, especialmente los más abandonados de nuestra sociedad”.

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